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P. Santiago

6 min

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EL LADRÓN

“Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá”

¿Cómo saber si estoy administrando bien lo que recibí de Dios? Si ponemos al servicio de los demás nuestros talentos y capacidades, nuestra sonrisa, nuestro perdón, nuestro trabajo diario, nuestra vida de fe, esperanza y amor.

El Evangelio de hoy como el de ayer, nos exhorta a la vigilancia y para movernos a vigilar Jesús acude en primera instancia a la imagen de un ladrón:

“si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa lo mismo vosotros estad preparados porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre”

(Lc 12, 39-40)

Y la verdad Señor a mí no me termina de cuadrar esta imagen, no me gusta porque Jesús no es un ladrón que nos vaya a venir a quitar las cosas, pero sí que nos ayuda como la vigilancia.

Siempre que leo este pasaje del Evangelio me acuerdo de las dos veces que los ladrones entraron a mi casa.

Bueno la segunda vez fue a una finca; habíamos sido un grupo de jóvenes, yo no era sacerdote todavía, por la noche se entraron unos ladrones y nos robaron.

Nos quitaron bastantes cositas  alguien escondió por ahí una “Palm” en esa época había una palm y otra persona escondió un celular.

El joven que tenía la palm tenía el número de el comandante del ejército o de la armada, no recuerdo, entonces pues lo llamó y le dijo: oiga nos acaba de pasar esto y rápidamente llegó un contingente de hombres a cuidarnos, a protegernos.

JESÚS NOS VIENE A PEDIR CUENTA

Pero Señor, esta imagen no me termina de cuadrar porque pues Tú no nos vienes a quitar nada, pero sí que vas a venir a pedirnos cuenta.

Además pienso que si me vienen a robar  pues que me roben, no voy a poner resistencia, no me voy a hacer pegar un tiro o que me apuñalen, no que va, que se lleven lo que necesiten.

Incluso eso nos puede ayudar a estar desprendidos de las cosas y a darnos cuenta de que en realidad las cosas materiales son tan esenciales para vivir.

De hecho en esta convivencia de jóvenes pues preguntamos: ¿Qué hacemos? regresamos a la ciudad y todo el mundo inmediatamente dijo: que sigamos adelante con la convivencia, no nos van a arruinar la vida por habernos quitado algunas cositas.

Me acuerdo que esa época ya había celulares, no es que haya sido en 1960, concretamente creo en el 2006, hace poco.

Y recuerdo que había uno que tenía una “ipod” era la gran tecnología y los ladrones lo vieron sobre una mesa de noche y no se lo llevaron, no conocían esa tecnología todavía, ahora uno ve un ipod y uno no se lo lleva, por lastima.

El ejemplo del ladrón

Bueno Señor, el ejemplo del ladrón, pero luego Jesús acude a otra imagen que nos mueve a la vigilancia y es la siguiente:

“quién es el administrador fiel y prudente a quien el Señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimentos sus horas, bienaventurado aquel criado a quien su señor al llegar lo encuentre portándose así, en verdad os digo que le pondrá al frente de todos sus bienes”.

(Lc 12, 42-44)

Administrador fiel

Y luego Jesús dice, pues una imagen divertida muy chistosa, porque dice:

“ay del criado que en vez de trabajar y de poner manos a la obra piense mi señor se va a demorar yo voy a empezar a escuchar música, a emborracharme, a pegarle a los criados y a las criadas, a comer, a beber…”

(Lc 12, 45)

Y viene el señor, esa es la imagen que Jesús utiliza y me parece que esto sí que nos puede ayudar para nuestra oración y para nuestra reflexión.

Porque una cosa hay que saber y es que Jesús nos va a pedir cuenta, porque somos administradores de los misterios de Dios, de eso Jesús tú si nos vas a pedir cuenta.

De la vida, de la fe, del amor de Dios, de los talentos, de las capacidades que tenemos, de las personas que el Señor nos ha confiado a nuestro cariño, a nuestro buen trato.

Y si hemos recibido el encargo de ser administradores, nadie nos puede sustituir en esa tarea, el administrador recibe ese encargo y por eso nosotros hemos recibido ese encargo.

Señor y tenemos que dar cuenta de esto. Nadie nos va a sustituir.

 ¿CÓMO PUEDO SABER YO SI ESTOY ADMINISTRANDO BIEN LO QUE RECIBÍ DE DIOS? 

Muy sencillo, si eso que he recibido: la vida, los dones, los talentos, la fe; lo ponemos al servicio de Dios y lo ponemos sobre todo al servicio de los demás, nuestra sonrisa, el perdón.

Por ejemplo el perdón es algo que es un don, es un regalo que Dios nos da para que nosotros lo demos a las personas también, nuestro trabajo diario, nuestra vida no sólo de fe sino también de esperanza, de amor.

Cómo saber si estoy administrando bien, si lo doy a los demás, si eso que recibo gratis además, lo doy a los demás.

Y por eso la pregunta es:

¿A QUÉ VINE A ESTA TIERRA?

y una respuesta justa, que es lo mismo que buena, incluso que santa, puede ser, yo no vine a este mundo para algo, sino para alguien.

Qué manera tan diferente de ver el mundo y ver la realidad, yo no vine para conseguir algo, para conseguir cosas, yo vine para alguien.

Yo vine para Dios, yo vine para mi familia, para mis amigos, para mis compañeros de trabajo, yo vine para servir a los demás.

Sí es verdad, administro unas cosas, tengo unas cosas, poseo algo, pero eso me ayuda a pensar en los otros.

Quién utiliza todo eso para pensar en sí mismo, es un infeliz, nunca van contra la satisfacción plena a todas sus necesidades y a todos sus gustos.

Ahora me acuerdo de esa otro pasaje del Evangelio, de esa mujer samaritana que se encuentra con Jesús en el pozo de Sicart  y Jesús le empieza a preguntar por el marido y le dice:

“tráeme a tu marido, no Señor es que  ahorita no tengo marido y entonces le dice: has dicho bien porque no tienes  un marido, has tenido seis maridos”.

(Jn, 4 16-18)

Y algunos teólogos han comentado que esos seis maridos son cosas que ella ha ido consiguiendo a cómo dé lugar y dice que sus maridos son: la comida, el sexo, la sabiduría; el saber cosas, el siempre poseer toda la sabiduría, el arte; que es todo el tema de las distracciones, luego también la angustia y la ley.

Bueno alguna vez Señor podemos comentar esto en alguna de las meditaciones.

En todo caso nosotros no venimos para algo, sino para alguien.

Que bueno pensarlo y vivir así.

ESTÁ TODO POR HACER

Recuerdo ahora también una anécdota de la vida del Santo Cura de Ars, le dijeron: “Padrecito usted llegó tarde aquí, aquí ya no hay nada que hacer y entonces el Cura respondió: luego está todo por hacer, no hay nada que hacer, está todo por hacer”

Y por eso no podemos despilfarrar nuestra vida en cuestiones vanas, hay que aprovechar bien el tiempo que Cristo Jesús nos da.

Hay tanto para hacer, pues manos a la obra.

Vamos a seguir en oración, yo te propongo que te quedes con la última frase del evangelio de la misa de hoy:

“al que mucho se le dio, mucho se le reclamará y al que muchos se le confió más aún se le pedirá”.

(Lc 12, 48)

Le pedimos a Nuestra Madre que nos ayude ella, con esa mirada de madre a ser muy buenos administradores y a cuando el Señor venga a pedirnos cuenta tengamos las manos llenas de amor, de servicio, de sonrisa, de perdón, de todas nuestras cualidades y talentos puestos al servicio de los demás.


Citas Utilizadas

Efesios 3, 2-12

Isaías 12

Lucas 12, 39-48

Juan 4, 16-18

Reflexiones

Señor, haz que sea buen administrador de lo que tengo aquí en la Tierra:  he venido a la tierra para Tí, que yo sepa poner todo al servicio de los demás.

 

Predicado por:

P. Santiago

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