No puedo negarles que me causa muchísima gracia esta expresión. Cada vez que la escucho aparece una sonrisa en mi rostro y me impulsa para adelante. De verdad que puede parecer una bobada, pero es una bobada demasiado simpática. Es que las palabras pueden llevarnos también a tener reacciones positivas ante la vida. Por eso hoy, que estamos iniciando un nuevo año, yo les digo: “¡vamo ahí!”.
Te aliento a tomar impulso para revisar tu año y definir tus propósitos espirituales de este 2024.
Pero, ¿cómo lo hago?
Hagámoslo muy sencillo pero a la vez profundizando en lo que de verdad debo ofrecerle a Dios y así buscar agradarle en el camino. Levantar la mirada me puede recordar claramente que la meta más alta es la salvación, tanto mía como la de muchos.
Visualizar esta meta en donde incorporamos a otros, es romper ese individualismo al que nos intenta arrastrar la sociedad actual, en donde se tiende a priorizar el yo.
Con esta mirada enfocada en el ser humano, la Doctrina Social de la Iglesia propone una disposición opuesta a esta visión individualista en la que nos podremos ver sumergidos, de no estar atentos.
El Papa Francisco ha subrayado que la solidaridad, la cooperación y la responsabilidad son “las tres piedras angulares de la DSI”, que ve a la persona humana, “como la cumbre de la creación y el centro del orden social, económico y político”, combatiendo así el individualismo y promoviendo el bien común.
Una vez visualizada la meta…
La meta es clara: la salvación mía y la de todos los que podamos ayudar, hemos de buscar despertar nuestra sensibilidad espiritual, “típica de quien no se detiene en la superficie de las cosas y de los sucesos, sino que ha aprendido a gozar de las cosas espirituales, de la oración, del silencio, de la soledad con Dios, de la Palabra, de las bienaventuranzas,” como nos lo dice Amadeo Cencini.
Procuremos entonces iniciar nuestro año con un retiro espiritual de un fin de semana. El retiro es un parón anual de varios días para rezar, en el cual trataremos más a Dios, lo buscaremos para poder hablar con Él. Así, aprenderemos a mirar y contemplar el paso de Dios en nuestras vidas, renovaremos nuestro amor por Él; y gracias al silencio del retiro podremos conocer mejor Su voluntad.
Durante los días de retiro podremos sacar más provecho en la confesión con el sacerdote.
Pequeños pasos
Orientemos nuestra energía dando pequeños pasos, pero con firmeza y determinación, que nos vayan motivando diariamente al alcance de nuestra meta. Solo así evitaremos que se nos vuelva inalcanzable y fracasar en el intento.
Digamos que noto que soy una persona con ‘pobreza de afectos’, la típica que por estar en lo suyo no sonríe a los demás, evita mostrar cuando está triste o alegre, y que por eso no acoge a otras personas; esto choca con nuestra meta, la salvación mía y de muchos otros. Puedo proponerme diariamente procurar sonreír y más que nada con aquellas personas con las que soy menos empática.
O qué tal si soy una persona con ‘pobreza de Dios’, que no lo escucho, no lo encuentro, que lo veo como lejano, que estoy leyendo este artículo porque me lo pasaron y no tengo qué otra cosa hacer en este mismo instante.
Puedo convertir momentos intrascendentes en oraciones importantes durante el día, que seguro me ayudarán a abrirle mi corazón, a tenerlo más presente. Adicionalmente, proponerme leer 5 minutos diarios los Evangelios para conocer a Jesús.
Sólo en el silencio puedo ir conociendo en qué debo enfocarme este año y acoger con libertad lo que debo realizar para alcanzar mi meta.
Crecer en amor de Dios
¡Esto sí que vale la pena!… y por eso te lo voy a sugerir hoy. Y a propósito del 53° Congreso Eucarístico Internacional, con el tema ‘Fraternidad para sanar el mundo’, a llevarse a cabo en Ecuador este 2024; te recomiendo proponernos maravillarnos con la Eucaristía para así crecer en amor de Dios
Podemos hacerlo de varias formas: asistiendo a Misa una vez o más durante la semana y antes de recibir a Jesús Eucaristía, pedirle directamente que te ayude a maravillarte con Él. Seguro se pondrá contentísimo y te lo concederá, yo ya he empezado a hacerlo desde hace un tiempo atrás.
A su vez, visita al Santísimo por un mayor tiempo (entre 30, 45 minutos a 1 hora) para realmente estar con Él.
Como podrás notar, mi intención con estas pocas líneas es darte luces para impulsarte a desarrollar tus propósitos.
Por esto hoy te digo: “¡Vamo ahí!”, de la mano de la Virgen y en oración, para estar atentos a la voluntad de Dios y definir nuestros pequeños propósitos espirituales para alcanzar nuestra salvación y la de muchos.
Vamo ahi
muy motivador inicio de año, muy nuestro y la recomendacion de un Retiro,apropiada y conveniente.
propositos y lucha nueva
Vamo ahi
muy motivador inicio de año, muy nuestro y la recomendacion de un Retiro,apropiada y conveniente.
propositos y lucha nueva