“Mi paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.”
(Jn 14, 27)
Esto nos dice Jesús en el Evangelio de hoy, con estas palabras me acordaba de otras que aparecen en algunas camisetas o en algunos posters de publicidad.
“Keep Calm and…” “Mantén la calma y…”, y lo busqué. ¿De dónde viene esa expresión? Y me encontré con lo siguiente:
“Keep calm and carry on”, en castellano: “mantén la calma y sigue adelante”, es un póster producido por el gobierno de Reino Unido en 1939, al inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Con el objetivo de subir la moral de la ciudadanía del país, bajo amenaza de una invasión inminente. Fue poco conocido y nunca usado.
¡Qué importante es mantener la calma! Especialmente cuando hemos de tomar una decisión o concentrarnos para avanzar en algún asunto. Si no recuperamos la calma no avanzaremos.
Humanamente es importante respirar, mantener un pensamiento optimista y algunas otras tácticas que los especialistas pueden recomendar…
Pero más allá del equilibrio humano, que es importantísimo, Tu, Señor, nos hablas de algo más de lo simplemente humano.
PERFECTO DIOS
Porque, Tú, además de ser perfecto hombre eres perfecto Dios, nos hablas de una dimensión trascendente, de un más allá al que tenemos acceso gracias a Ti, en el cual podemos anclarnos como Tú, para no perder la paz.
Si viéramos todo solo en el ámbito de este mundo, en un plano horizontal, ante las oleadas de la vida, podríamos perder fácilmente la paz.
Más allá de los recursos humanos; de respiraciones y de pastillas a las que pudiéramos recurrir para mantener la paz, ¡no la recuperaríamos! ¡Necesitamos lo trascendente!
Como Tú, Jesús, que, siendo hombre, nos das la posibilidad de anclarnos en lo trascendente, porque nos unimos a Ti, y así nos podemos unir a Dios.
En aquel tiempo Jesús dijo:
“Mi paz os dejo, mi paz os doy”
(Jn 14, 27)
Abrimos el corazón en este rato de oración a tus palabras, para recibir tu paz:
“Mi paz les dejo, mi paz les doy; no se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: «Me voy, pero volveré a su lado». Si me amaran se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda crean.”
(Jn 14, 27-29)
Así dice todo el párrafo que leemos en el Evangelio de hoy, todavía hay otro párrafo, pero nos vamos a detener en ese nada más. Porque ahí nos invitas a tener paz, a tener confianza, a tener fe en Ti.
Porque Tú, que eres hombre, y en cuanto hombre eres menor al Padre; eres también Dios y en cuanto Dios eres igual al Padre.
Por eso, en este pasaje dice:
“Porque el Padre es más grande que yo.”
(Jn 14, 28)
Así lo explica un símbolo muy antiguo, “el símbolo Atanasiano”, dice:
La fe verdadera consiste en que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre.
Es Dios, engendrado de la misma sustancia que el Padre, antes del tiempo; y hombre, engendrado de la sustancia de su Madre santísima en el tiempo.
Perfecto Dios y perfecto hombre: que subsiste con alma racional y carne humana.
Es igual al Padre según la divinidad; menor que el Padre según la humanidad.
Pero, vamos a seguir adelante, porque hay unas palabras de Benedicto XVI que me gustan muchísimo, que hablan precisamente de esta fe.
De como la fe en Jesús nos cambia la vida y nos llena de sentido, de plenitud, de paz.
A fin de cuentas, porque nos da una seguridad muy grande, que el mundo no puede dar, nos da una firmeza que el mundo no puede dar.
Porque este mundo se tambalea, este mundo se deshace, este mundo tiene valores que nos traicionan, que a veces nos prometen algo y no nos lo dan.
Solo en Dios podemos encontrar esa paz que vale la pena, esa paz que llena el corazón.
DON DE DIOS, LIBRE Y HUMANO
Te leo estas palabras de Benedicto XVI, es una cita un poquito larga, la voy a leer lento.
Después vamos a comentar un poquito, para que nuestra oración se alimente con esos conceptos y entendamos un poquito mejor porque esa paz nos llena tanto.
La fe es don de Dios, pero es también acto profundamente libre y humano. El Catecismo de la Iglesia católica lo dice con claridad: «Sólo es posible creer por la gracia y los auxilios interiores del Espíritu Santo.
Pero no es menos cierto que creer es un acto auténticamente humano. No es contrario ni a la libertad ni a la inteligencia del hombre» (n. 154).
Es más, las implica y exalta en una apuesta de vida que es como un éxodo, salir de uno mismo, de las propias seguridades, de los propios esquemas mentales, para confiarse a la acción de Dios que nos indica su camino para conseguir la verdadera libertad, nuestra identidad humana, la alegría verdadera del corazón, la paz con todos.
Creer es fiarse con toda libertad y con alegría del proyecto providencial de Dios sobre la historia, como hizo el patriarca Abrahán, como hizo María de Nazaret. Así pues, la fe es un asentimiento con el que nuestra mente y nuestro corazón dicen su «sí» a Dios, confesando que Jesús es el Señor.
Y este «sí» transforma la vida, le abre el camino hacia una plenitud de significado, la hace nueva, rica de alegría y de esperanza fiable.
(Benecito XVI, Audiencia General, Plaza de San Pedro,
Miércoles 24 de octubre de 2012)
Perdóname la cita tan larga que te acabo de leer, pero es que no tiene pérdida es muy alegre, muy positiva, muy profunda.
¡Cómo la fe, cómo creer en Ti, Jesús, nos llena de alegría, de plenitud, de significado, renuevas nuestra vida, nos das alegría, nos das esperanza, nos das paz!
Creer en Ti, unirnos a Ti, porque la fe es fiarnos del plan de Dios para nosotros, plan de Dios para el mundo, poner de nuestra parte lo que podemos humanamente y Dios hace el resto.
La fe, -dice al principio-, es un acto humano, se apoya y es posible gracias a la ayuda de Dios, a la ayuda interior del Espíritu Santo en nuestra alma.
Pero implica la inteligencia, implica la libertad, es más: ¡exalta la inteligencia! ¡exalta de la libertad!
LIBRE E INTELIGENTE
O sea; ¡el que cree es más libre y es más inteligente!, -podríamos concluir.
Cuando estaba investigando aquellas palabras de -Keep calm, me encontré con eso que te leí al principio, y continúa diciendo estas palabras de Wikipedia:
Debido a su sentido ligeramente irreverente se han lanzado parodias al póster, sustituyendo el «Carry On» por otras frases, por ejemplo «Keep Calm and Evade the Police» («Mantenga la calma y eluda a la policía»)o «Keep Calm and Call Batman» («Mantenga la calma y llame a Batman»), siendo rápidamente propagados en redes sociales. Nosotros que podemos decir: -Keep calm and believe in Jesús, – «Mantén la calma y cree en Jesús».
Cree en Jesús y ten paz en el corazón, porque si estás unido a Él, Él nos abre a la trascendencia.
Él nos ancla en su Padre, así como Él estaba anclado en Él, y por eso pudo mantener la paz, la tranquilidad, durante la dura prueba de su Pasión.Así nos abrió las puertas del Cielo, la Virgen santísima también tenía esa fe, y estaba anclada en Dios, por eso pudo estar junto a la Cruz de Jesús.
Madre nuestra, ayúdanos a creer en Jesús para mantener siempre esa paz que Él ha venido a darnos en el mundo.
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