La fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz se celebra todos los 14 de septiembre desde el año 628. Según la historia, durante el siglo IV, la Cruz se encontraba al cuidado de la emperatriz Santa Elena, pero en 614 la Cruz fue arrebatada de Jerusalén por los persas como trofeo ante la guerra. Después de mucho tiempo, el emperador Heraclio la rescató y retornó a la Ciudad Santa en la fecha ya mencionada en la parte superior, declarando que para recibirla debía realizarse una procesión.
¿Cómo llevo tu Santa Cruz Señor?
Heraclio ordenó que la Cruz fuera adornada con ornamentos caros y lujosos lo que impidió su avance durante la procesión. Zacarías entonces arzobispo de Jerusalén le dijo al Emperador lo siguiente: “Los lujos que lleva, no representan a la Cruz del Señor, que es humilde”. Entonces el emperador se despojó de su corona de oro y toda su opulencia, y pudo continuar con la procesión.
Libre de las cosas de la tierra, pero junto al Señor. Te has preguntado alguna vez, ¿Cómo llevas tu cruz? Por ejemplo, si dejas de lado el “confort” para ir a Misa o dedicarle a Jesús unos minutos para conversar con Él. Al igual que el emperador, debemos ir quitando el exceso de caprichos para poder llevar nuestra cruz. Por ejemplo, ¿Somos desprendidos de nuestro tiempo para dedicárselo a Jesús? ¿Cómo llevo la cruz, el dolor que más me hace sufrir hoy? ¿Reflexiono sobre mi carácter para ver de qué manera puedo llevar mejor la cruz que identifico en mi vida? Es importante evocar el evangelio de Lc 9, 23-24: “Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz de cada día, y que me siga. Porque el quiere salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, ése se salvará”.
¿Conoces el por qué de su devoción?
En algunos libros donde se destaca la vida de los Santos o artículos de personas que están en proceso de Beatificación muestran la devoción que tenían a la señal de la cruz cómo una forma de recordar la entrega de Jesús en la Santa Cruz. No podemos olvidar una verdad: sin cruz no hay salvación.
San Antonio Abad sufría asedio por el mal, pero se realizaba la señal de la cruz y esos espíritus malvados desaparecían. Desde allí, se ha tomado cómo costumbre hacer la señal de la santa cruz para evitar las tentaciones. Otro suceso fue la aparición de la Virgen a Santa Bernardita Soubirous donde le mostró cómo hacerlo con calma y mucha fe. Llevar un crucifijo en el bolsillo, también nos puede ser útil como recordatorio: Si queremos ser buenos discípulos hay que imitar al Maestro y éste lo entregó todo en la cruz. Nosotros ¿Tomamos nuestra cruz como nos invita Jesús o la evitamos?
La Cruz en la vida corriente
El 2 de julio del presente año, se realizó la ceremonia de clausura de fase diocesana de la causa de Beatificación de Toni Zweifel, un ingeniero suizo que falleció con fama de santidad y que durante su vida fue el ejemplo del joven rico del evangelio: supo decir sí, al Señor en lo que le iba pidiendo.
Toni poseía todo lo que a un hombre aparentemente puede llenarle en la vida: dinero, inteligencia, éxito, muy buenas perspectivas profesionales. Sin embargo, un día sintió la llamada de Cristo y se desprendió interiormente de todo. Le regaló su vida a Cristo, tomó su cruz en la forma de desprendimiento personal para vivir una vida orientada hacia el servicio a los demás, trabajando para dar gloria a Dios, poniendo todos sus medios materiales para que se pudiera hacer apostolado y acercar almas a Jesús. Así vivió en medio de la calle y en situaciones ordinarias la cruz.
«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque suyo es el Reino de los Cielos», es importante mencionar que los bienes que existen en el mundo son buenos porque fueron creados por Dios lo que no tenemos que hacer es apegarnos a ellos, una forma de tener un recordatorio es poner un crucifijo en nuestra mesa de trabajo y esforzarnos porque el Señor murió por nosotros, Cristo fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz.
Visita a la Veracruz
Para evitar más robos del Santo Madero lo dividieron en varios pedazos, los mismos que se repartieron en Roma, Constantinopla, mientras que uno se quedó en Jerusalén en un cofre de plata. Uno de los maderos, se partió sus astillas que se entregaron a varias Iglesias del mundo, denominándose “Veracruz”, que significa Verdadera Cruz. Para cultivar la veneración en los fieles de la cruz. Así en cada país puedes visitar la iglesia que contiene estos pequeños trozos del madero de Cristo. ¿Conoces dónde se encuentra la Iglesia de la Veracruz en tu país?
«Que sepamos extender los brazos en la cruz amorosamente; que sepamos amar a Cristo en la Cruz serenamente; y que sepamos llevarlo al mundo para que haya muchos amigos de la Cruz.» (San Josemaría Escrivá)
Foto de Portada de Rafaela Müller