Me pareció bien simpática la canción de colaboración entre Charly García y Pedro Aznar que dice: “Oh, no puedes ser feliz… con tanta gente hablando, hablando a tu alrededor. Oh, dame tu amor a mí… le estoy hablando, hablando, hablando a tu corazón”.
Imaginando una llamada
Y pues, recordando la época, para mí fue como un clic maravilloso, pero introduciendo a Jesús “nowadays”.
Imaginé a Jesús tratando de llamar a muchos de esta manera. Luchando por hablar con los corazones de tantos y no siempre encuentra ese diálogo de vuelta. Porque muchos son los perdidos entre experiencias innecesarias. Él queda relegado o ni siquiera consideran Su existencia.
Procrastinar tu vida interior
Por esos mismos días en Misa escuchamos en el Evangelio de san Mateo, quien nos menciona sobre un hombre que tenía dos hijos y que les pide, indistintamente, ir a trabajar en la viña. Uno le dijo “No quiero”, luego se arrepintió y fue. Mientras que el segundo le ofreció ir y nunca fue (Mt 21, 28-32). Claramente, de esta misma manera solemos responder a la voluntad de Dios.
En el fondo de nuestra naturaleza humana se nos da con tanta facilidad el procrastinar las cosas. Vamos aplazando, aplazando con tanta naturalidad que cuando caemos en cuenta nos asustamos. Por eso luego del susto viene el ajetreo de hacerlas volando y en el último instante. Gracias a esto no todo sale tan bien, jeje.
A veces ni siquiera lo notamos, lo tenemos tan insertado en nuestro ser, que hasta nos creemos que hacemos mucho en poco tiempo; algo así, como pensar que ser multitasking es ser genial.
Por allí leí que el bien que no hacemos se acaba perdiendo para la eternidad, ya que cada tiempo es único e irrepetible. ¡Cuán cierto es esto!
Volviendo a lo nuestro, aunque parezca desproporcionado, es real y entonces yo te pongo la cascarita: ¿qué tan preparado estás para recibir a Jesús en tu corazón?, ¿te has decidido por dedicarle tiempo a tu relación con Dios?
Le estoy hablando a tu corazón
Y como nos dice la canción, Jesús es quien te busca y trata de hablarle a tu corazón. ¿Estás viviendo en Cristo y con Cristo?
Para esto hay que enfrentarse decididamente a trabajar en lo que está de sobra contado por Jesús para ganarnos el Cielo.
Ayer Tere nos compartió en su artículo “Tener los lentes bien puestos” 5 formas de orar con la Biblia. Y a lo largo de esta semana estaremos cada día aportándote con más sugerencias para que vivas en Cristo y con Cristo.
Basándome en la canción de Charly García “Quiero que escuches y que te abras”, y ya que se trata de tu relación personal con un Dios que te ama con locura, ofrécele enérgicamente tu amor de vuelta. ¡Ábrele tu corazón! Proponte demostrar un detalle de amor con tu oración, pero que esta vez sea diaria, y hazlo en privado, sin distracciones. Que sea “tu date” tu cita de amor con Jesús.
1. Conoce a tu pareja
Como tu cita será con Jesús, debes considerar los detalles de amor. Fíjate que ese momento no sea arrebatado por nadie. Para conocerlo más puedes profundizar en la lectura y Evangelio diario. Así sabrás cómo agradarlo más durante el resto del día. Que de tu oración surja un propósito bien definido para ponerlo en práctica.
Los seres humanos somos seres relacionales y necesitamos los unos de los otros. Contar con buenos amigos y familiares ayuda a llevar de mejor manera nuestra cotidianidad. ¿A quién no le gusta recibir una linda visita? Pues Jesús también te espera, así como contará contigo en ese diálogo personal, puedes hacerle una visita personal. Exígete hacerle esa visita.
2. Reúnete íntimamente con tu Amado
¡Así como lo lees!, proponte reunirte más íntimamente con tu Amado, Jesús. No lo dudes ni por un instante, ofrécele para esto ir a una Misa adicional a la del día domingo durante la semana. No sabes cómo se emocionará Él con este detallazo tuyo.
Decora tu alma esta Navidad
Los verdaderos amigos y tu familia también te exigen ser mejor, te llevan por el camino de la superación, del crecimiento. Producto de tu estrecha relación con Cristo, irás progresando en tu vida interior y así decorarás tu alma esta Navidad.
Déjate envolver por la magia de la Navidad y haz de esa noche una “Noche Buena” que se quede para siempre.