La amistad es comprensión
La amistad es una comprensión que debe ser vivencial, de la vida, de corazón a corazón, es hacerlo todo por el otro.
Saber y preocuparse por el otro. La primera acción por el amigo es acercarse a él y decirle cuán importante es para ti. La amistad no es darse cosas, es darse uno mismo.
La amistad es fidelidad
Mounier dice que: “La persona humana alcanza su plena madurez cuando ha escogido fidelidades que valen más que su vida”. Solo entonces somos personas maduras.
¿Cuántos antepasados han sido capaces de dar la vida por la fe? Ser fieles a ella dando la vida por Dios. Ejemplo: los apóstoles, santos.
La amistad es constante
Otra característica de la amistad es la constancia, la perseverancia en esa fidelidad. El otro necesita ser escuchado. Escuchar es una gran obra de caridad cristiana. Los niños son el mejor ejemplo de la escucha por el otro. Escuchan y saben decir. Un don inmenso es saber escuchar.
El tiempo que dedicaste a tu rosa hace que ella se convierta en lo más importante para ti. Entregando siempre nuestro tiempo y obras para hacer lo que el otro necesita.
La amistad no conoce prisas
La amistad no se crea por lo que uno recibe, el tiempo es lo más importante que le podemos dar al otro. Lo fundamental es lo de adentro. Solo se puede ver bien con el corazón. Para conocer a la otra persona hay que conocerla, darle el tiempo.
Ratzinger decía: “tratar de apresurar las etapas del tiempo (del amor) es matar el amor”. No se debe apresurar hay que tener paciencia.
La amistad es servicio
El darse a los otros es fundamental. El Papa Francismo en Amoris Laetitia dice que una de las mayores pobrezas de la cultura actual es la soledad, y proviene de la ausencia de Dios. Debemos llevar al otro a la amistad con Dios. No hay mejor don que romper la soledad del otro.
Debemos abrirnos y entregarnos a los demás.
En las familias los padres fracasan si no dan a la familia la compañía, la fuerza de la amistad es para servir.
San Josemaría decía: “Para servir, servir”.
La amistad es relación
El ser humano se basa en las relaciones con otros. La amistad y el amor no son sentimientos, emotividades, el amor es fuerza, garra, nos hace siempre hacer algo por el otro, las acciones son las que valen. Salgamos de nosotros, busquemos construir con el otro esa la amistad y ese amor. La amistad es la manera más profunda de servir.
La amistad verdadera no termina nunca, vence las dificultades que se presentan. Se perdona, se olvida, se reconstruye y busca lo mejor para el otro. Todo se supera cuando hay verdadera amistad y amor. Jesús perdona a todos los pecadores, perdona a sus apóstoles, te perdona a ti y a mí.
No lo veas todo, no lo oigas todo, no lo digas todo por el bien de la amistad (virtud de la prudencia). “La amistad viene de Dios y a Dios debe volver. ¡Qué bueno es saber amar!