«Un doctor de la ley, se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba, maestro, ¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?
Y Jesús le preguntó a su vez, ¿Qué está escrito en la ley, qué lees en ella? Y este doctor de la ley le respondió: Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu y a tu prójimo como a ti mismo»
(Lc 10, 25-37).
Y entonces Jesús le dijo, has respondido exactamente, obra así y alcanzarás la vida.
Y, aunque este Evangelio contiene también una parábola hermosísima, me gustaría que nos quedemos con esta parte, porque hoy comenzamos nuestra oración y acudimos a especialmente a san Josemaría, que acabamos de pasar hace pocos días, el 2 de octubre y el 6 de octubre, para pedirle que nos ayude a hacer bien este rato de oración, de conversación con Jesús.
Porque nosotros también quisiéramos vivir esto de amar al Señor nuestro Dios, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas.
LA SANTIDAD EN LO ORDINARIO
Y nos gustaría pedirle que se haga realidad en este momento, lo que escribió el mismo san Josemaría en 1931. Fíjate, él había fundado el Opus Dei en 1928; tres años después escribió esto:
“Ayer por la tarde, a las 3 salí al presbiterio de la Iglesia del Patronato a hacer un poco de oración delante del Santísimo Sacramento. No tenía ganas, pero me estuve allí hecho un fantoche como un saco de trigo.
A veces volviendo mi pensaba, tú ya ves buen Jesús, que si yo estoy aquí es por ti por darte gusto.
Nada mi imaginación andaba suelta, lejos del cuerpo y de la voluntad. Lo mismo que el perro fiel, echado a los pies de su amo, dormitaba soñando con carreras y caza y amigotes perros como él y se agitaba y ladraba bajito, pero sin apartarse de su dueño.
Así yo perro completamente estaba”
(Apuntes íntimos 273).
Estos apuntes íntimos de san Josemaría nos enseñan cómo hacía a veces oración.
A veces, leyendo este texto del Evangelio, nos podría parecer que la forma de amar con todo el corazón, con todo el alma, con todas las fuerzas, con todo el espíritu, nos llevaría a estar en un sentido tan encendidos, que este tipo de oración no pasaría por estar con un fantoche, que estar como un saco de trigo o un saco de papas en el oratorio.
O en el sitio donde hagas la oración, por ejemplo, en la sala.
Es una cosa que denotará poco amor de Dios.
PLANTAR LA IGLESIA
Yo creo que vale la pena que le pidamos que hagamos realidad en nuestra vida estas palabras de san Josemaría, no porque no tengamos ganas de estar con el Señor, que sí tenemos, sino porque quizás el cansancio de estos días nos suceda como a este santo, que nuestra imaginación esté lejos del Sagrario, que tenemos sueño y no podemos hilar dos ideas seguidas.
Pero lo que sí podemos hacer es estar con nuestro Padre, ponernos en su presencia y a veces, como dice en este mismo texto, como un perro y soñar con todo lo que hemos vivido estos días y con todo lo que viviremos durante nuestra vida, si nos dejamos llevar por el Señor.
En la misa de san Pedro y san Pablo hay unas palabras en la antífona de entrada -que pienso que nos pueden ayudar para darle justamente ese contenido a este rato de oración- dice hablando de san Pedro y san Pablo:
«Estos son los que mientras estuvieron en la tierra con su sangre plantaron la Iglesia: bebieron el cáliz del Señor y lograron ser amigos de Dios»
(Antífona san Pedro y san Pablo).
Te decía que nos puede ayudar en nuestra oración, porque esto es lo mismo que el Señor nos pide a cada uno de nosotros.
Nos pide que nos hagamos amigos de Dios, que plantemos la Iglesia en este mundo, porque si te paras a considerar los días que hemos vivido aquí en nuestras vidas, verás que de cierta manera ya hemos comenzado a plantar la Iglesia, de modo que con el Señor podemos edificarlo.
DAR EJEMPLO
Eso es trabajar con oración, con mortificación, con el ejemplo de nuestra vida coherente, que es lo que procuramos hacer en estos días, especialmente después de haber vivido esas dos fechas del 2 de octubre y del 6 de octubre, intentando realizar lo que recoge san Josemaría:
“Y ¿en un ambiente paganizado o pagano, al chocar este ambiente con mi vida, no parecerá postiza mi naturalidad?», me preguntas.
Y te contesto: Chocará sin duda, la vida tuya con la de ellos; y ese contraste, por confirmar con tus obras tu fe, es precisamente la naturalidad que yo te pido”
(San Josemaría, Camino 380).
Hemos intentado vivir así, porque el ambiente en el que nos movemos es a veces un ambiente un poco pagano y además nos empeñamos desde el primer momento, especialmente cuando estamos escuchando estos audios, cuando estamos intentando hacer oración, en dar ejemplo con nuestra conducta, con nuestra lucha por vivir justamente la unidad de vida para dar gracias a Dios
Y hemos podido tocar con la mano cómo ha influido muchas veces en nuestra conducta. Al menos a mí me llegan varios comentarios de cómo les sirven estos ratos de oración para mejorar, para hacer las cosas de una forma más cristiana.
Me llegaba un mensaje hace pocos días en el que decía que estos 10minconjesus.net le había servido una persona para evitar su suicidio… y en otra ocasión alguien me comentaba del proyecto: “UN AMIGO TE ESCUCHA” (www.unamigoteescucha.com) que le había servido para conectarse mucho más con Jesús.
DINOS QUÉ PIENSAS DE LAS MEDITACIONES
Si alguna vez quieres dar tu testimonio y escribir algo, encantados, a través de los mismos administradores de WhatsApp o a través de Youtube, ahí nos dejan a veces comentarios o a través de Spotify o Apple music.
También se puede dejar comentarios de cualquier forma, puedes dejar nuestros comentarios porque también eso nos anima a seguir caminando, porque cuando uno empieza a hacer oración las cosas cambian.
Cuando uno empieza a hacer oración, aunque a veces estemos como costal de papas, literalmente, estamos amando a Dios con todo nuestro corazón.
Estamos dando lo mejor que tenemos en ese instante, haciendo igual que san Pedro y san Pablo, sembrando la Iglesia, haciendo que se cumpla la palabra de Dios.
Señor, perdón porque muchas veces no lo haremos de la forma más elevada o de la forma más concreta o mejor posible, pero Tú de nuestra fuerza, de nuestro esfuerzo haces cosas grandes.
La persona que escucha estos mismos audios es impresionante cómo puede evolucionar para ser mejor, para seguir creciendo, para darle gloria a Dios.
COMO LOS PRIMEROS CRISTIANOS
Por eso Señor te doy gracias también por permitirnos trabajar en este proyecto.
Vamos a pedirle al Señor que nos ayude ahora que estamos comenzando octubre a ser como los primeros cristianos: ciudadanos de dos ciudades, siendo leales con el Señor en el cumplimiento de nuestro plan de vida, en la frecuencia de los sacramentos, en los medios de formación, en el apostolado…
Dándonos cuenta que esa es la mejor forma de ser cristianos en medio del mundo, que aprovechemos todos estos medios.
Porque también es cierto, al final de nuestra vida el Señor nos pedirá cuenta, estuviste escuchando tantas horas de 10min con Jesús y ¿qué es lo que hiciste?
Tiene que verificarse nuestra vida, porque tiene que brotar del alma más actos de amor, jaculatorias, acciones de gracias, actos de desagravio, comuniones espirituales…
Y mientras atiendes tus obligaciones, al descolgar el teléfono, al subir a un medio de transporte, al cerrar o abrir una puerta, al pasar por una iglesia, al comenzar una tarea o al concluir, definitivamente, volver al Señor.
Hacer esa presencia de Dios en tu vida. Eso es, en definitiva, vivir con Cristo, vivir en Cristo y todos y cada uno de nuestros instantes de nuestra vida podemos tener esa unidad de vida.
Vamos a acabar este rato oración acudiendo a nuestra Madre, la Virgen, para que nos ayude a vivir mejor estos ratos de oración, que nos ayude a ser personas entregadas, que planten la Iglesia, que amemos a Dios sobre todas las cosas, como nos pide el Señor en este Evangelio.
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