¡QUE ALEGRÍA ESTAR EN MAYO!
Es una alegría, en verdad todos los meses son buenos, todos los momentos son buenos para mirar a la Virgen con cariño, para ponerle alguna flor a una imagen suya, para decirle alguna cosa bonita…
Pero ahora mismo estamos hablando con Jesús, pero también con ella. También hemos invitado a la oración, a san José, a nuestro Ángel de la guarda y miramos a la Virgen… ¡Qué alegría estar en mayo!
Si, le decimos eso a la Virgen: “Madre mía, qué bueno que ya es mayo. Virgen María, éste es tu mes, y estas semanas quiero ser súper cariñoso contigo”.
Y de la manera que queramos, con las palabras que queramos, con las miradas y con los gestos que queramos, cada una de esas cosas la Virgen lo va a recibir con esa intuición que ella tiene, con un cariño muy grande.
UNIDOS TODOS
El Papa nos decía hace unos días en esa carta que nos mandó a todos los cristianos, “Unidos todos”, solos si así lo estamos, pero sobre todo decía: con sencillez. Que alegría que viene mayo y recemos del rosario.
El otro día hablaba con uno que está en Kenia, y que ahí están también confinados, aunque un poco menos que acá. Otro que está en Camerún me decía que no están viviendo encierro. Y por lo menos aquí y en otras partes del mundo estamos muy encerrados.
El Papa nos decía en este encierro, en éste estar en nuestras casas: recuperemos, aprovechemos para rezar con cariño de un modo doméstico el rosario en nuestras casas. Es una tradición tan bonita, especialmente en mayo.
Y decía el Papa que, para contemplar a Jesús con los ojos de María, el rosario debemos rezarle a la Virgen. Y es que más bien, rezamos con la Virgen, pero contemplando el Evangelio, los momentos principales de la vida de Jesús, -de gozo, de dolor, también de luz y de gloria-.
EL ROSARIO EN FAMILIA
Qué alegría que estemos en mayo y qué alegría recibir esta invitación del Papa. Y el Papa nos decía también que rezaba por nosotros y que no nos olvidemos de rezar por él.
Bueno, ¡qué alegría estar en mayo! Quizás se lo podemos volver a decir a la Virgen: Madre mía, qué alegría estar en mayo. ¡Madre mía, Virgen Santísima! Yo quiero rezar el rosario en mi casa, en familia.
Decía el Papa que podemos rezar varios juntos en la casa. O puede ser también de manera personal, pero sobre todo el Papa decía que lo hagamos con sencillez.
Allí en Roma, justamente donde están los restos sagrados de san Josemaría, en un oratorio, una capilla, (tiene el título de Iglesia Prelaticia), pero es chiquita, es más bien una capilla, un oratorio diría yo…
DE ANIVERSARIO
Pero es la Iglesia Prelaticia, y están enterrados ahí, los restos de su fundador san Josemaría. Y ahí va tanta gente a rezar, a dar gracias y a pedir. Y hoy es el aniversario de cuando se dedicó esa Iglesia, en los años 80´s, hace ya un montón de tiempo.
Celebramos este aniversario, muy bonito, muy alegre, también para que nuestro corazón vuele para allá, para que le digamos ahora al Señor: “Señor, gracias también por la obra del Opus Dei, porque es algo Tuyo, es algo que Tú has regalado a la Iglesia”.
“Es algo que está en Tus manos, y es algo que Tú has puesto en mi camino, así como en tantos otros caminos dentro de la Iglesia. Pero en concreto, éste es para ir hacia Ti de manera alegre y de manera fácil”.
“Señor, gracias por esa Iglesia Prelaticia, gracias por el Opus Dei, gracias porque estamos en mayo, que también nos ayuda tanto a caminar hacia Él, hacia el Cielo de la mano a la Virgen”.
HACER UNA ROMERÍA
Este año se cumplen cincuenta años de cuando san Josemaría fue a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, cuando viajó a México, para poder a estar muy cerquita, muy pegado a la Virgen y pedirle por tantas cosas grandes que tenía en el corazón: por la Iglesia que necesitaba y que sigue necesitando tanto la protección de la Virgen.
Me imagino que en México estarán especialmente atentos a este aniversario y bueno, nosotros también. Ojalá podamos mirar a la Virgen como la mirada de san Josemaría, ¡acercarnos a la Virgen como él!
Y aunque son fechas como dispersas, pero al final giran en torno a acercarnos a la Virgen, es que, en este mes de mayo, la Iglesia Prelaticia, Santa María de la Paz, se hace esa peregrinación, esas romerías de san Josemaría en Guadalupe.
Es que san Josemaría le tenía un cariño muy grande a la Virgen. Y en mayo también nosotros podemos tomar esa idea: acercarnos como él a un santuario, rezar de camino el rosario. Y ahí, en el santuario rezar otro rosario y, ya de vuelta, rezar otra parte del rosario.
PEDIR CON FE
Pues hoy es aniversario también de la primera de esas como romerías de mayo, que hizo san Josemaría. Fue en 1935. San Josemaría fue a un santuario de la Virgen muy Bonito, cerca de Ávila, bastante cerca de Madrid, que es la Virgen de Sonsoles.
Y fue ahí para agradecer a la Virgen y pedirle cosas. Fue con uno o dos que lo acompañaban (eran muy poquitos). Fueron en tren de Madrid y Ávila. Uno se baja del tren ahí en Ávila y se va caminando a Sonsoles. No es demasiado, sólo unos pocos kilómetros caminando.
Y ahí Josemaría tuvo una experiencia a la que le sacaba una moraleja, una enseñanza. Lo cuenta él mismo, y dice: “Desde Ávila veníamos contemplando el santuario, que se veía así, a lo lejos. Y es natural, al llegar a las faldas del monte, desapareció de nuestra vista la casa de María”.
Y lo comentamos que así hace Dios con nosotros. Muchas veces nos muestra claro el fin y nos lo da a contemplar para afirmarnos en el camino de su amabilísima voluntad.
Y cuando ya estamos cerca de él, nos deja en tinieblas. Abandonándonos aparentemente, y esa es la hora de la tentación, donde salen dudas, luchas, oscuridad, cansancio, deseos de tumbarse a lo largo…
DIRIGIR MIS PASOS HACIA ELLA
Si uno va por ahí, a ese santuario tiene esa experiencia, porque está como sobre un montecito. Entonces, cuando uno llega abajo, al monte, estando ya muy cerca, alguno ya deja de ver por el ángulo. No deja ver el santuario, pero uno sabe que está ahí, el fin hacia el cual yo iba dirigiendo mis pasos.
Josemaría sacaba esta pista, esta moraleja, esta enseñanza de aquella romería, otras también del cariño de la Virgen, etc.
También ahora, en mayo, acordémonos de rezar por el Papa. Lo hacemos ahora mismo en este rato de oración, pero ojalá lo hagamos como él nos ha pedido, rezando el rosario.
Acordémonos del cariño de san Josemaría ahí en Sonsoles y su perseverancia. Acordémonos del cariño de san Josemaría allí en Guadalupe y su fe y su confianza en la Virgen.
Acordémonos de esa presencia cariñosa de la Virgen, también en la iglesia Prelaticia del Opus Dei, donde de hecho, están los sagrados restos de san Josemaría.
MIRAR A MARÍA
Podemos terminar este rato de oración, de estar con Jesús volviendo a mirar a la Virgen: Madre mía, yo quiero que ahora, en mayo, haya en mi vida muchas manifestaciones de cariño, de agradecimiento, de petición, de confianza y de perseverancia, porque podemos tener dificultades, pero sabemos que vamos con la Virgen.