CENTRADOS EN JESÚS

SAN JOSÉ

Estamos tan cerquita, ya es mañana la fiesta de la Inmaculada Concepción. Y seguro también en este rato de oración, estos 10 minutos con Jesús, san José nos va a ayudar especialmente. Es cosa que se lo pidamos, con agradecimiento por todo este año de san José que estamos terminando. 

“San José, mi padre y señor, intercede por mí. Ayúdame a hacer este rato de oración. Ayúdame a darle mucho cariño a Jesús, a recibir tanto cariño que me quiere dar Jesús. Ayúdame también a mirar a la Virgen María, tu esposa. Ayúdame a mirarla, a aprender de Ella, a cantarle como el Señor nos pide que cantemos. 

Aparece tantas veces en los salmos: “Cantar al Señor un cántico nuevo”. Nuevo por el cariño, por el amor que se pone. Le pedimos a san José: Ayúdame a cantarle a la Virgen, a cantarle al Señor, con mucho cariño, con un cariño que haga que ese canto sea un cántico nuevo. Nos va a ayudar san José”.

SAN AMBROSIO

Para entrar de lleno, estamos terminando la novena, para entrar de lleno en esta fiesta de la Inmaculada que es mañana nos puede servir mucho el Santo que se celebra hoy, que es san Ambrosio. Te puede ayudar mucho unas palabras de san Ambrosio que nos llevan directo a Jesús. 

Decía san Ambrosio: 

“Cristo lo es todo para nosotros. Si quieres curar una herida, Él es el médico. Si estás ardiendo de fiebre, Él es la fuente. Si estás oprimido por la injusticia, Él es la justicia. Si tienes necesidad de ayuda, Él es la fuerza. Si tienes miedo a la muerte, Él es la vida. Si deseas el cielo, Él es el camino. Si estás en las tinieblas, Él es la luz.

(Y un poquito más adelante, san Ambrosio toma aquellas palabras del salmo tan conocidas)

Gustad y ved qué bueno es el Señor; bienaventurado el hombre que espera en Él”.  

ÉL LO ES TODO

Así, directo hacia Jesús. Esa es la lógica del Año de san José, esa es la lógica de honrar, de querer, de acercarnos tanto a María santísima con san José, con la Virgen, a Jesús. Él es el centro. Que es hacia dónde nos lleva san Ambrosio, no dice: Mira a Jesús, ahí lo tienes todo. Cristo es todo para nosotros. Lo decía así en latín: Omnia Christus est nobis, Cristo lo es todo para nosotros.

En esto se centra Benedicto XVI cuando dedicó hace unos años una catequesis (se puede encontrar fácil en en la página web del Vaticano). Una catequesis de san Ambrosio.

Benedicto XVI terminaba con estas palabras del padre de la Iglesia:

“También nosotros esperamos en Cristo. Así seremos bienaventurados y viviremos en la paz”. 

San José, la Virgen, nos lleva a Jesús. Todo este Año de san José seguro que nos hemos ido acercando mucho al santo patriarca, con él a la Santísima Virgen y a Jesús.  Esta novena de la Inmaculada, mañana en esta fiesta preciosa de la Purísima, la Inmaculada Concepción.  Ella nos lleva a Jesús.

INMACULADA Y PURÍSIMA

¿Por qué María es Inmaculada? ¿Por qué es Purísima? Por su Hijo, en atención a los méritos de su Hijo. San José, la Virgen nos llevan a Jesús. Ahora mismo en estos 10 minutos con Él, que estamos conversando con Jesús, acompañándolo, mirándolo, le podemos decir cada uno por dentro: 

“Jesús gracias por san José, gracias por la Santísima Virgen; o también, Jesús, ayúdame a parecerme a ellos son tan buenos, me llevan a Ti directamente”. 

Hace 90 años, estos días se van cumpliendo 90 años (es que no se sabe exactamente el día preciso en que san Josemaría terminó de redactar aquel librito que se llama Santo Rosario). 

Fue en 1931, fue en diciembre durante la novena de la Inmaculada, no se sabe exactamente el día pero sí se sabe que el día 7 de diciembre (la primera referencia que se tiene es por un apunte suyo) él estaba leyéndole esas notas a un par de estudiantes que les estaba ayudando a hacer oración. El 7 de diciembre ya estaba terminado Santo Rosario. San Josemaría que estaba esas semanas, esos meses, especialmente metiéndose en la infancia espiritual, en tratar a Dios como un papá. Le pedía a la Virgen: ayúdame a vivir esta infancia espiritual, hazme algún regalo.

EL REGALO CONCEDIDIO

Aquella novena, el 29 de noviembre, el 30 de noviembre, el 1 de diciembre ahí estaba san Josemaría pidiéndole. No se sabe exactamente qué día, pero uno de esos días, antes del 7 de diciembre.

San Josemaría de una sentada, al terminar de decir misa en la Iglesia de Santa Isabel en Madrid, en la Acción de Gracias, se sentó y fum! A contemplar todos los Misterios del Rosario (aquellos 15 que existían entonces no estaban los de la luz). 

Pero aquellos 15, los de gozo, los de dolor, los de gloria, san Josemaría los contempla y los va poniendo por escrito, de una sentada. ¿Con qué propósito? Justamente con esto mismo de san Ambrosio, de llevarnos derecho hacia Jesús a través de la Virgen Santísima.

Lo cuenta así en la biografía, de Vasquez de Prada: 

“Una mañana, después de decir misa, al terminar la Acción de Gracias, escribió de una sentada junto al presbiterio en la sacristía de Santa Isabel el Santo Rosario. 

No sabemos con certeza qué día de la novena, pero sí que la víspera de la fiesta de la Inmaculada, el 7 de diciembre, estaba leyendo en Santa Isabel, a dos jóvenes, el modo de rezar el Rosario. Pues esa fue la intención con la que lo escribió, ayudar a otros a rezarlo”.

NOS MARCA EL CAMINO

San Josemaría nos marca este camino; nos puede servir también ahora agradecer al Señor. “Señor, gracias por, como san Josemaría tantos santos que nos han llevado directos hacia Ti, que nos han ayudado a contemplar a tu Madre santísima, a san José. Señor, para contemplar tu vida. 

Gracias Señor, por esto que hoy día cumplimos 90 años, gracias por este esfuerzo de san Josemaría, gracias por los esfuerzos de tantas santas, de tantos Santos, de tanta gente tan buena que nos ha llevado a Ti. 

En nuestra propia familia; quizás tú te puedes acordar ahora, cada uno de nosotros, en la oración para agradecer al Señor. Gente,  que en nuestra familia o en el colegio, la escuela, la universidad, en la parroquia donde nos han transmitido la catequesis, la vida de fe. 

Tanta gente tan buena y ahora podemos ir pidiendo por una persona, por otra o durante el día que nos iremos acordando. Personas buenas, incluso personas santas. Santos como san Josemaría que hizo este esfuerzo para ayudar a otros, para ayudarnos a nosotros a acercarnos a la Virgen, a rezar el Rosario, a contemplar el Evangelio mirando los Misterios del Rosario.

MADRE DE LA IGLESIA

Hay unas palabras del Papa Francisco, en un documento de los primeros “Evangelii Gaudium” dice:

“Con el Espíritu Santo, en medio del pueblo, siempre está María. Ella reunía a los discípulos para invocarlo y así hizo posible la explosion misionera que se produjo en Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin Ella no terminamos de comprender el espíritu de la nueva evangelización”.

Estamos terminando la novena, estamos terminando el Año de San José, estamos acercándonos a la Navidad, a recibir gozosos el anuncio de los ángeles que nos ha nacido un Salvador. Y luego que lo vayan a decir, que lo vayan a anunciar. 

Y van los pastores y van los Reyes Magos y nosotros también,  pero nos dice el Papa: “necesitamos conocer, acercarnos a María”. Aprovechemos hoy día, esta tarde, aprovechemos mañana, mirando a la Inmaculada porque Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora.