Nos dice el Evangelio del día de hoy que:
“Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros porque no se habían convertido. Y les decía: ¡Ay de ti, Corazín, ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y Sidón, hace tiempo se habrían convertido. Y continúa: Yo les aseguro que el día del juicio serán tratadas menos rigurosamente que ustedes».
Cafarnaúm, esa ciudad donde Cristo había empezado su predicación, donde realizó la mayor cantidad de sus milagros, donde conoció a Pedro, a Santiago y Juan, donde llamó a los primeros…
«Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? ¡Hasta los infiernos vas a a descender! Porque si los milagros realizados en ti, se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría”.
(Mt 11, 20-24)
MUCHOS MILAGROS, UNA CONVERSIÓN
Y podríamos pensar que a nosotros nos dice esto el Señor. Él que nos ha hecho muchos milagros a lo largo de la vida de cada uno de los que escuchamos estos 10 minutos con Jesús.
Seguramente se han elaborado muchas cosas inexplicables, cosas que han sido como la manifestación concreta de Dios en nuestras vidas, de situaciones difíciles de las que pudimos salir adelante o de situaciones dolorosas que encontramos un sentido al pasar el tiempo.
CONVERTIR EL CORAZÓN
Dios quiere que nos convirtamos, y no una conversión que se da solo al inicio del discipulado, por así decir, sólo cuando nos llama; sino que se da con constancia. Hay que ir convirtiendo el corazón y hacer examen, para ver si hemos admitido que en el corazón entren algunos resentimientos o sentimientos en contra de otras personas. Inclusive si es que hemos dejado que se instale ahí la vanidad o alguna cosa de sensualidad o quizás un hastío, algo que no se sabe exactamente qué es, pero hace que bajemos la guardia en nuestra vida interior.
¿CÓMO PODEMOS CONVERTIRNOS?
¿Somos conscientes de la cantidad de milagros que el Señor ha hecho en nuestras vidas? ¿Nos podría venir a decir Jesús hoy dia, y recriminarnos como lo hizo con aquellas ciudades en las que había hecho tantos milagros? (…)
Por eso la importancia de pensar en cómo podemos convertirnos. Cómo podemos una y otra vez volver el corazón al Señor. Una forma concreta de hacerlo es en cada Confesión. Yo intento confesarme cada semana, intento reconocer mis pecados, porque ese es el primer paso para la Conversión. Y no quiero quedarme simplemente con una confesión «como de oficio», sino pedirle perdón.
Porque en el amor está el inicio de la conversión. Cuando uno se da cuenta de que a esa persona a la que le estás haciendo daño y le quieres, y estas dispuesto a pasar por alto esas cosas que le dañan y que le hieren: por ese amor estás ya convirtiendo el corazón. Y Dios no es que nos haga sufrir o que nos mande cosas terribles, pero sí quiere que tengamos el corazón completamente para Él.
SAN CAMILO DE LELIS
Y eso es lo que le pasó a san Camilo de Lelis, que es la fiesta que celebramos también el día de hoy. San Camilo se metió a la Orden Franciscana, pero de repente le apareció una llaga en su pie. Esa llaga no le permitía desempeñarse como religioso, con lo cual fue despedido. (Si te interesa conocer más acerca de su vida, hemos preparado un bonito artículo en el blog de 10 minutos con Jesús).
Pero san Camilo va al hospital, y en el hospital pasa mucho tiempo y se cura. Y de hecho, logra que lo admitan después como aspirante a Capuchino, que es de la misma familia religiosa que los Franciscanos. Pero en el noviciado de los Capuchinos vuelve a aparecer la llaga y tuvo que irse de allí también.
BUSCAR LA PRESENCIA DE DIOS
Va luego al Hospital de Santiago, y allí se dedicó a atender a los demás enfermos, por lo que termina siendo nombrado Asistente General del Hospital. San Felipe Neri fue el director espiritual de san Camilo, y le animó a que vaya una y otra vez, y a que se convierta. Que vaya buscando justamente en el dolor, esa presencia de Dios.
De hecho, en 1575, san Camilo se dio cuenta que ante la gran cantidad de peregrinos que llegaban a Roma, los hospitales eran incapaces de atender bien a los enfermos que llegaban. Y fue por eso que decidió fundar una comunidad de religiosos que se dedicarían por completo a los hospitales.
TRATAR A LOS DEMÁS IGUAL QUE AL MISMO JESÚS
San Camilo trataba cada enfermo como trataría a nuestro Señor Jesucristo en persona, aunque tuvo que soportar durante treinta y seis años la llaga de su pie, nadie lo veía triste o malhumorado. Y con sus mejores colaboradores fundó esta comunidad de Siervos de los Enfermos, que ahora se llaman los Padres Camilos.
Treinta y ocho años con la llaga en su pie… Y luego tú y yo, que a veces hemos visto milagros del Señor, y también nos rebelamos, y tal vez no le damos como esa credibilidad. Dios tiene planes mucho más grandes. Y uno podría decir, yo pensaba que mi vida iba a ser más fácil, y es que una vida fácil seguramente no es una vida de cristiano.
COMPLEJIDADES DE LA VIDA
Porque la vida de los que estamos cerca de Cristo siempre tiene sus complejidades. Complejidades que se van dando en el día a día, que no es que sean tampoco cosas gravísimas, pero que nos interpelan, nos preguntan al igual que la llaga en el pie de san Camilo. Al igual que cantidad de cosas que pasan en tu vida y en la mía.
Cosas que no nos gustaría que estén ahí, que son heridas o que son cosas que a veces aparecen, como puede ser un enfrentamiento con un hermano, o un distanciamiento de una persona a la que queremos mucho, o la falta de trabajo, o inclusive, cosas que son un poco más fuertes. Como la incomprensión del director espiritual o la falta de caridad de alguien que debería ser un ejemplo. Hasta los mismos pastores de la Iglesia, que de repente podemos tener una herida que venga de parte de ellos. ¡Qué fuerte, qué fuerte!
RECONVERTIR NUESTRO CORAZÓN
Pero esto es lo que nos lleva a convertir y reconvertir el corazón. Porque no tenemos nuestra esperanza puesta en ninguna persona. No tenemos nuestro interés en ganar aquí en la Tierra o alcanzar la paz absoluta, sino que lo que queremos es ganarnos el Cielo.
Y para eso tenemos que convertir el corazón una y otra vez. Independiente de que tengamos una llaga en el pie. Independiente de que tengamos que enfrentarnos a los demonios que cada uno pueda haber desarrollado en el tiempo…
Independiente de qué demonios, heridas, ataques, o lo que quieras ponerle ahí:
Lo que todos compartimos es la fe en Jesucristo Resucitado.
El Señor nos pide que tengamos esa fe en Él, porque hemos visto sus milagros. Hemos visto una y otra vez como el Señor se ha portado con nosotros, ha estado grande con nosotros, porque hemos visto tantas cosas. Hemos sentido su presencia.
«Gracias, Señor Jesús, por estar tan cerca de nosotros, por estar siempre pendiente de cada cosa que hacemos. Ayúdanos a convertirnos. Ayúdanos a dejar las cosas que nos apartan de Ti Señor, para volver a tener la cabeza y el corazón siempre en Ti, como lo hizo san Camilo de Lelis».
Vamos a poner nuestras intenciones en las manos de nuestra Madre la Virgen.
Amén ?
Amén ?