«Han nacido en mi rancho dos arbolitos,
Dos arbolitos que parecen gemelos,
Y desde mi casita los veo solitos…»
UN SOLO ÁRBOL QUE LE DA LA MISMA SOMBRA
Jesús, quise empezar mi oración con esta canción mexicana de Chucho Martínez Gil, en voz de Pedro Infante, titulada: dos arbolitos. Que habla de dos arbolitos que siempre están juntos, crecieron pegados.
Y aunque es lógico, que la primera referencia de esta oración sea dos novios o dos esposos que su amor los lleva a no separarse nunca, yo pensaba en la Iglesia. Porque estamos en la semana de oración por la unidad de los cristianos.
“Y contigo Jesús, estamos pidiendo al Espíritu Santo, que todos los cristianos volvamos a la unidad; que por diversos motivos históricos nos separó, para como dice la canción: todos los cristianos volvamos a ser, en Ti, un solo árbol, que le da la misma sombra a todas las personas…”.
Vamos a seguir escuchando un poquito la canción:
«Nunca están separados uno del otro,
Porque así quiso Dios que los dos nacieran,
Y con sus mismas ramas se hacen caricias,
Como si fueran novios que se quisieran.Arbolito, arbolito, bajo tu sombra…»
UNIDAD NO ES UNIFORMIDAD
Arbolito, arbolito, bajo tu sombra… “Te pedimos Jesús que Tú, que eres el tronco, les des cobijo a todas las personas del mundo entero”.
Pensar en la Iglesia de oriente y de occidente, como esas dos grandes ramas, que parecen dos árboles, pero que en realidad son uno solo, porque nunca están separados uno del otro.
Pensar en la unidad de la Iglesia, no es pensar en la uniformidad. Así como una familia puede haber muchos hermanos; sin embargo, cada uno tiene su propia personalidad, sus gustos… Así es la Iglesia, puede ver muchos carismas, pero todos unidos.
¿Y todos unidos a quién? Todos unidos al Papa, qué es el Vicecristo en la tierra. “El representante de Ti Señor, aquí en la tierra. La cabeza visible de esa unidad es el Papa.
Lo increíble es que, hasta en los mismos Papas que ha tenido la Iglesia, se nota esa unida en la diversidad; porque cada uno ha tenido su manera de ser, cada uno ha sido muy distinto uno del otro.
SAN PEDRO, LA ROCA
Podemos pensar en San Pedro y en San Pablo. Para empezar que, aunque San Pablo no fue Papa, son las dos columnas de la Iglesia y cómo cada uno tenía su personalidad.
Fíjate, Pedro es la roca firme, la jerarquía, la unidad, la firmeza en la fe. Esto es lo que representa la roca de Pedro.
Cuando San Josemaría vivió en roma, a escasos kilómetros de la Basílica de San Pedro, le gustaba salir de vez en cuando a rezar un Credo en la plaza de San Pedro. Y salía a eso y volvía, nada más… Alguna vez le hizo un comentario al que le choferiaba, y le dijo algo así como:”- Mira, Pedro es la roca, todo lo demás es arena”. ¡Ese es San Pedro!
SAN PABLO, LA EXPANSIÓN
San Pablo representa, no lo contrario, pero sí el complemento. La expansión, la apertura de la Iglesia que llega hasta la última periferia del mundo.
San Pablo fue el gran evangelizador del mundo, que hizo probablemente más que todos los apóstoles juntos en cuanto a evangelización, abrió caminos, rompió esquemas y siempre muy unido a San Pedro. Toda su doctrina de hecho fue avalada y confirmada por la Iglesia en el Primer Concilio de Jerusalén.
“Gracias Jesús, porque igual que San Pedro y San Pablo, a lo largo de la historia de la Iglesia, se han venido alternando los Papas en este mismo sentido, unos que representan más la unidad y la firmeza de la fe; otros, que sin dejar esto, tienen también esa actitud de más apertura a llegar a las periferias.
EL PAPA, EL DULCE CRISTO EN LA TIERRA
En la Iglesia siempre hemos aprendido a amar al Papa, a verlo como lo que es. Como le gustaba decir a Santa Catalina de Siena: “el dulce Cristo en la tierra”.
“Y me gustaría repasar contigo Señor, en mi oración de este día, sobre todo para darte gracias, los papás que nos has dado en los últimos años, porque todos han sido muy santos. Porque han sabido ser tus representantes en la tierra y lo han hecho muy bien.
PIO XII
Podemos comenzar con Pio XII, un hombre con un prestigio intelectual enorme, todos los jefes de Estado iban a verlo. Fue elegido cuando comenzaba la guerra mundial y salvó a muchísimos judíos. Se le había acusado de haber guardado silencio por el holocausto, pero cuando el año pasado se abrió su archivo secreto, se supo entre otras cosas, lo mucho que los defendió.
Cómo, por ejemplo, autorizó en secreto abrir los conventos de roma y de toda Italia, para que acogieran a los judíos que escapaban de los nazis. Fue un hombre de una categoría impresionante.
Muere Pio XII y es elegido Giuseppe Roncalli que eligió el nombre de Juan XXIII. Un Papa que no tenía nada que ver con el Papa anterior. Juan XXIII era gordito, bonachón, con mucho sentido del humor.
SAN JUAN XXIII
San Juan XXIII, es un Papa santo y era un Papa muy unido Pio XII, pero completamente diferente. Lo más relevante de su pontificado fue que, con una gracia especial del Espíritu Santo, convocó al Concilio Vaticano II; que todavía, 50 años después, la Iglesia se sigue beneficiando de él.
PABLO VI
Después fue elegido Pablo VI, otro santo, otro intelectual en la línea de Pio XII, un hombre recio, firme en la fe. Unos dicen que fue mártir en vida porque sufrió mucho porque durante su pontificado se agitaron mucho las aguas en la Iglesia. Hay una serie italiana llamada: Un Papa en la tempestad. Muy buena pero muy dura.
Muere Pablo VI y es elegido Juan Pablo I, que con tan solo 33 días de pontificado porque murió repentinamente, dio mucha esperanza, imprimió con su sonrisa esperanza en la Iglesia, daba una catequesis semanal tan encantadora que lo empezaron a transmitir en vivo por la televisión italiana.
SAN JUAN PABLO II
Finalmente muere y llega a un Papa venido de oriente, de Polonia: Karoll Wojtyla, Juan Pablo II, San Juan Pablo II. Y uno podría decir, ¿y este fue más parecido a Pedro o Pablo? Él ha sido Pedro y Pablo, lo dijo en una ocasión: “soy el sucesor de Pedro y creo que también tengo que ser el sucesor de Pablo”.
Recorrió el mundo entero con sus viajes y al mismo tiempo con una firmeza en la fe, impresionante. Y sabemos tantas cosas del pontificado de San Juan Pablo II, que casi fue mártir de verdad con ese atentado en la Plaza de San Pedro, sufrió mucho, pero fue muy feliz y muy santo. Y todos lo hemos querido con locura.
BENEDICTO XVI
Al morir, le sucedió Benedicto XVI, la mejor cabeza de la Iglesia, que sigue vivo, Papa de emérito, Joseph Ratzinger. Él les habla a los intelectuales, un hombre santo que sin duda será canonizado y quizás será uno de los teólogos más importantes de la Iglesia de todos los tiempos.
PAPA FRANCISCO
Y finalmente llega al pontificado el Papa actual, el Papa Francisco, que le habla a los fieles, que habla a las familias, que subraya mucho la idea de ir a las periferias, algo que él vive en primera personas.
Intenta hacer llegar su discurso a las personas que están excluidas. El Papa en sus homilías lanza dardos al corazón, es el estilo del Papá: llama a la conciencia. Y éste llamar a la conciencia, es un estilo que está despertando a mucha gente, que está sacudiendo a mucha gente.
Es un Papa que escribe y habla con un lenguaje más moderno y eso es bueno. Es bueno que sea así, porque la doctrina de la Iglesia va llegando a todas las personas.
“Vamos a terminar Jesús, con este propósito que está en lo más profundo de nuestro ser cristiano: vamos a querer mucho al Papa. Porque ser muy del Papa es ser muy de Jesús, que le dijo a Pedro: “tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia”.
SER MUY DEL PAPA ES SER MUY DE JESÚS
Vamos a querer muchísimo al Papa, sea quien sea, porque además este Papa Francisco, nos quiere y lo queremos muchísimo.
Y vamos a terminar haciendo este propósito para este año que todavía comienza: estar muy unidos al Papa, a ser muy romanos, muy pegados al corazón del Papa, a sus escritos; vamos a leerlos, vamos a escucharlo. Que sea esa también, como la mejor expresión de unidad dentro de la Iglesia, de unidad dentro de los cristianos y la unidad de todas las familias.
Madre mía cuida mucho al Papa.