Cuenta hoy el Evangelio que Jesús se marchó de Judea para ir a Galilea y tenía que pasar por Samaria, bueno así nos dice san Juan, tenía que pasar por Samaria.
Los samaritanos eran para los judíos gente prohibidísima, eran personas marginadas, no creyentes, que habían mezclado su sus vidas con cultos paganos.
Jesús y ahora que estamos comenzando este rato de oración, estos 10 min con Jesús, en este tercer domingo de cuaresma.
Podemos pensar hay veces la vida está llena de incoherencias, de caídas, de imprevistos; nosotros queremos una vida ideal, siempre las cosas justas, incluso vamos diseñando nuestra vida así, pero esto no es vida real, sino vida ideal.
JESÚS VIENE A BUSCAR A TODOS
Se piensa que para que Dios actúe en nuestra vida, debe pasar por una vida ideal, un camino ideal, en cambio cuando mi vida ha sido accidentada, llena de heridas, de metidas de pata, de pecados, de malas decisiones; cuando mi vida ha sido contaminada pues Jesús no tiene pinta de querer pasar por mi vida.
Dios es puro y por eso camina por caminos puros, los caminos impuros no son para ti Jesús, no son para ti.
Y no, Jesús justo va a buscar a estas personas, a nosotros, Jesús habla con personas que no tienen aparentemente ni derecho ni siquiera de hablar.
Pero a Jesús no le interesa el lado ideal de nuestra vida, sino el lado real de la vida.
Sí podemos ser conscientes de nuestra debilidad, de nuestras incoherencias y Jesús viene a buscarnos justo en ese camino. Jesús tú eliges este camino, quieres atravesar esta Tierra de Sicar.
A veces nos quedamos en lo que hemos hecho y no en lo que somos, un pecador que coincida con su pecado, se puede olvidar de su identidad, Jesús niega el pecado, no, eso no tampoco.
Pero sabe distinguir lo que hemos hecho mal.
Señor pero nosotros no somos malos, tú no eres malo, tú no eres mala, tú eres hija de Dios, tú eres hijo de Dios y eso es a lo que viene Jesús, a buscar a sus hijas y a sus hijos, es diferente lo que ha sucedido y lo que soy.
Pero bueno Jesús, avancemos porque si no, nos quedamos aquí a las puertas de Sicar.
DAME DE BEBER
“Jesús”, cansado del camino, se sentó junto al pozo y a los apóstoles los manda al pueblo Mercar”
y Él se queda ahí en el pozo porque está cansado y tiene sed. Es verdad el evangelio nos lo dice porque sí, es verdad.
“Era la hora sexta, vino una mujer de Samaria a sacar agua”
Normalmente se buscaba agua en la mañana o en la tarde, pero esta mujer va a buscar agua a la hora sexta o sea al mediodía, tenía una sed fuera de lo normal.
“Jesús le dijo: dame de beber”
y como respuesta,
“cómo Tú siendo judío me pides a mí de beber que soy una mujer samaritana”
ya es suficiente con que estés aquí, un judío por estos lares y ¡qué judío!.
“Jesús le respondió: si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice dame de beber, tú le habrías pedido a él y él te habría dado agua viva, todo el que bebe de esta agua tendrá sed de nuevo, el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed nunca más, sino que el agua que yo le daré se hará en él fuente de agua que salta hasta la vida eterna”.
Y la mujer:
“Señor dame de esa agua para que no tenga sed ni tenga que venir hasta aquí a sacarla”,
(Jn 4, 6-15)
ya no le pide agua que le dará sed de nuevo, comienza a desear agua que le quite la sed, a desear algo mucho más grande que resolver solamente el problemita de ese momento.
Muchas veces nosotros vamos al encuentro de Jesús también, a Ti nos acercamos para pedirte soluciones a un problemita, será que el problema es encontrar algo grande en nuestra vida y hasta que no encuentre algo grande no soy feliz.
EL CAMINO ES DESEAR ALGO GRANDE
Pero el camino, me parece Señor no es encontrar, sino desear algo grande, algo que me calme la sed, ampliar el deseo. Jesús puede reactivar ese deseo profundo en nuestra alma, si uno está desesperado y busca saciar la sed pues entonces va y busca en donde sea y esta mujer va y busca saciar su sed en seis maridos.
Bueno así nos dice el Evangelio, busca el agua en lugares equivocados, mal escogidos, esto es el pecado, precisamente eso es el pecado, buscar el agua en lugares equivocados.
Y Jesús entiende perfectamente a esta mujer, ahí se ve, ahí nos damos cuenta.
Volvemos al Evangelio: Cuando la mujer le pide la verdadera agua, Jesús le hace una pregunta para poder entrar en su interior y cambiarle la vida, mira por ejemplo lo que le dice Jesús:
“Anda llama a tu marido y vuelve aquí y la mujer le dice: yo no tengo marido. Jesús le contestó: bien has dicho no tengo marido, porque has tenido cinco y el que tienes ahora no es tu marido, en esto has dicho la verdad”.
(Jn 4, 16-18)
Parece una pregunta fuera de lugar, Señor estábamos hablando del agua, cómo me preguntas por mi marido.
¡Qué grande eres Jesús! Tú no quieres partir de la culpa, de los pecados, del miedo.
Para convertirse el mejor camino es partir de lo que deseamos verdaderamente.
Jesús nos quiere decir si me muestras de verdad cuáles son tus deseos yo puedo mirar tu vida con claridad y puedo revelarte las incoherencias de tu vida, de tu fragilidad. A esta mujer Jesús no la trata como una mentirosa, no le dice cómo así que no tienes marido, mentirosa.
Ella está diciendo la verdad, Señor no he tenido a nadie que me haga feliz, que me sacie la sed, que me saque el deseo que tengo adentro y por eso he tenido seis maridos.
SEIS MARIDOS
Algún teólogo dice que esos seis maridos son: la comida, el sexo, el saber, el arte, la angustia y la ley.
El primero es la comida; que simboliza llenar un vacío.
El segundo el sexo; que simboliza llenar la necesidad de afecto, quiero estar seguro, me falta capacidad de relación, no vivir con relaciones sanas.
El tercer marido el saber; esta mujer quiere tener todo bajo control, el que piensa tener todo bajo control se sentirá hastiado, hostigado, no es una sed que nos haga feliz.
El cuarto marido el arte; el modo para evadir la realidad, no era la sustancia de las cosas, evitar lo esencial de la vida y el arte nos permite eso, saciar el momentico, el celular, buscar la distracción permanentemente.
El quinto marido la angustia; si me siento mal pues qué tengo que hacer, evadir la angustia, es más cómodo hacerse la víctima, porque se le echa la culpa a otra persona, o a otra cosa encuentro al culpable y soy feliz y así nunca se resuelve el problema. Muchas veces se va cambiando de adversario, la familia, el trabajo y cuando alguien no tiene con quien pelear, pues pelea consigo mismo.
Y el sexto marido la ley; el actual marido de la samaritana, dice Pablo: la sola ley no salva, no basta reducir la vida a cosas justas, a cosas bien hechas, me salgo haciendo las cosas que tengo que hacer, entonces ¿Porque no soy feliz?, nos podemos preguntar.
PARA SER FELIZ…
Para hacer feliz no debemos llenar los vacíos, para ser feliz no debemos estar seguros, para ser felices no debemos tener todo bajo control, para ser felices no debemos evitar la realidad, para ser felices no debemos echarle la culpa a las cosas a las personas, para ser feliz debo encontrar a una persona, no de encontrar una cosa sino una persona.
Señor se nos acaba el tiempo y te encontramos a Ti justo en este pozo y nos puedes hacer la sed.
¡Gracias Señor!, esto es la Cuaresma.