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ESPERANDO A SANTA

DIOS EL PUNTILLISTA: con cada detalle ha visto el plan maestro.

Adviento, tiempo de espera, de preparación, de llamar. Tiempo para llamar a Jesús: ¡Ven, Señor! ¡Ven y no tardes!
Bueno, hoy he querido mirar las lecturas de la Misa y todas nos hablan de esto: ¡Esperar al Señor que viene!
Hoy el Profeta Isaías en la primera lectura, dice que Dios viene a consolar a su pueblo. Esperamos a un Dios que nos consuela, que consuela a su pueblo que sufre.
El salmo responsorial dice:

“Aquí está nuestro Dios, que llega con fuerza.”

(Sal 95)

Viene con fuerza, le pedimos al Señor eso, ¡que venga con fuerza! San Mateo en el Evangelio nos dice que:

“Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.”

(Mt 18,14)

¡Ese es el deseo de Dios! Venir para que no se pierda ninguno. Ese es el sentido del Adviento.

QUE NINGUNO SE PIERDA

Por eso, qué bueno que nos preparemos interiormente, en nuestra alma, en nuestro corazón, para dejar que el Señor venga y nos salve.
Que nos salve con fuerza, que llegue con fuerza, y que nos consuele, que consuele a sus hijos.
Y me quedé sobre todo con eso de Isaías, “Dios consuela a su pueblo y salva a sus pequeños” no quiere que ninguno de sus pequeños se pierda.”
Hace poco me llamo el director de la academia de futbol de un pueblito de pescadores en la costa atlántica: Lomarena, un pueblito cercano a Cartagena, entre Cartagena y Barranquilla.
Y me decía el director: -Padre, mire, le quiero pedir si me puede ayudar a conseguir unos regalos, para los niños del equipo de fútbol.
-Entonces le dije: Vamos a ver qué podemos hacer. Bueno, lo llamé después para preguntarle detalles: ¿Cuántos niños? ¿Cuántos regalos? ¿Más o menos qué tipo de regalos?
-Entonces me dijo: Mire yo soy el profesor de todos los niños del pueblo, de todos, de todos, pero me hace ilusión que los que reciban regalos, sean los niños entre 5 y 13 años.

LA INOCENCIA DE LOS MÁS PEQUEÑOS

Porque los adolescentes como que no esperan un regalo con esa inocencia de los niños pequeños… -Que llegue el niño Dios a traerles el regalito, o los Reyes Magos…
O, la “Befana”, ahora me acordaba que en Italia la que trae los regalos es una bruja, una bruja que según cuenta la tradición, guío a los Reyes Magos cuando se perdieron en su búsqueda de Belén.
Me acordaba también que en Suecia y en Noruega quién trae los regalos es un gnomo; en Chile se habla del “viejo pascuero”, así llaman a Papá Noel.
Bueno, aquí en Colombia es el Niño Dios, y viene el 25 de diciembre, no el 6 de enero o el 7 de enero, no, no, aquí viene el 24 en la noche para ser más exactos.
Entonces este profesor me decía lo de los regalos, sobre todo para los niños entre 5 y 13 años, porque ellos si esperan el regalito con ilusión.
Pero ¿Qué regalo esperan? ¿Unos audífonos Apple inalámbricos? ¿El último celular, con una súper cámara?
No, los niños chiquitos lo que esperan es un regalo sencillo que les arranque una sonrisa, y que les permita ir a jugar con todos sus compañeritos, o con sus hermanitos…
Un trompo, un yoyo, una pirinola, cualquier cosita, un carrito, se emocionan con regalos pequeños.
Entonces yo le pregunté: – porque como son niños que están en la academia ¿un regalo como un balón de futbol?
Y me dijo: -No, no. Los niños quieren recibir regalos normalitos, que puedan compartir con sus compañeritos. No camisetas de futbol o un balón.
Bueno, ahí estamos mirando a ver cómo buscamos esos regalitos para estos niños de este pueblo de pescadores…

LA FIESTA DE SAN NICOLÁS

Y ¿Por qué te hablo de esto? Porque hoy es la fiesta de san Nicolás, de Papá Noel, del viejito que trae los regalos.
La historia de san Nicolás es bellísima, porque desde niño se caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los pobres.
Sus papás murieron atendiendo a los enfermos en una epidemia.
Leía en la mañana que, aquí en Bogotá, vamos a tener que ponernos el tapaboca, porque se ve que hay una crecida en los casos de Covid.
Encomendamos a todas las personas que están enfermitas en este momento de alguna enfermedad respiratoria, Covid, gripa, etc.
Entonces, los papas murieron y dejaron a Nicolás una fortuna. ¿Qué hizo san Nicolás? Pues, la repartió entre los pobres y se fue de Monje.
Él murió el 6 de diciembre, por eso se celebra la fiesta hoy. Murió el 6 de diciembre del año 345.
Y las reliquias las llevaron a la ciudad de Bari, en Italia, allí están las reliquias de san Nicolás.
“Y pensaba Señor, que podemos preguntarnos en este ratico de oración: ¿A quién esperamos? ¿Qué estamos esperando?

ESPERAR, ESPERANZA

Esta es la palabra clave de estos días: ¡Esperar! ¡Esperanza! Esperamos el nacimiento, si.
Pero podríamos decir que eso ya pasó. Pero en verdad, lo que estamos esperando es el nacimiento, ¡pero en nuestra alma! Lo hacemos de manera espiritual.
“Señor, te esperamos a Ti. Y si nos ponemos a pensar: ¿qué esperamos? Esperamos la segunda venida de Cristo.
En el Credo decimos:

“Que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del Cielo.”

Y después sigue:

“Y se hizo hombre.”

En ese momento, cuando rezamos el Credo, podemos inclinar un poco la cabeza, con discreción, no se trata de llamar la atención.

“Y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen, y se hizo hombre.”

Aquí recordamos la primera venida de nuestro Señor, esa es la primera venida. Pero en el mismo Credo, en la misma oración decimos:

“Y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos.”

Fíjate que ahí esperamos la segunda venida de Jesús, “una segunda venida” y hay una tercera venida.
La tercera venida es siempre que lo recibimos en los Sacramentos, en la confesión, en la comunión, esa es la tercera venida de Jesús a nuestra alma. “Señor, yo te espero en esa segunda y en esa tercera venida”

¿QUÉ ESPERAMOS?

“¿Cómo preparo mi corazón para recibirte, para atenderte, para que estés muy a gusto en mi alma y en mi corazón?”
¡Adviento, tiempo de espera! ¿Espera de qué? ¿De los regalos, de que nos traigan algunos regalitos que nos hagan ilusión?
Tengo un amigo que siempre tiene la costumbre de preguntarme; ¿Qué le vas a pedir al niño Dios?


Yo me acuerdo que una vez en una Navidad pedí un edredón. Yo dije: ¡Quiero un edredón! Pero me dijo: eso no es un regalo, eso es un capricho.
Y me preguntó: ¿Qué más quieres pedir? Yo le dije: un despertador. No, eso no se lo pides al niño Dios, eso lo puedes comprar. ¡Pide otra cosa!
Bueno, cada uno pide lo que quiere, lo que necesita y lo que le hace ilusión. Pero, ¿Qué esperamos? ¿Al niño Dios? ¿Los regalos? Pensémoslo bien. ¿Esperamos la segunda venida de Cristo?
Y que Tú, Señor, nos encuentres en vela, que nos encuentres en vela como esperó tu madre bendita y san José nuestro padre y señor. ¿Cómo fue el tiempo de espera de la Virgen y de San José? Con oración, con vida interior, con recogimiento interior.
Madre mía inmaculada, en dos días celebramos esa solemnidad, la solemnidad de la Inmaculada Concepción.
Vamos a pedirle a ella: Ayúdanos a preparar muy bien la venida de Jesús, como tú la preparaste.
Sigamos por nuestra cuenta haciendo oración y pensando en esa venida a nuestro corazón, a nuestra alma. ¡Acudamos a nuestra madre y a San José!

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