EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
En muchos países de Latinoamérica, no en todos, se celebra hoy la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
Es más, es tradición en varios lugares poner una cruz de palo, así simple, sencilla, en las obras de construcción, en los patios de las casas, incluso hasta en los jardines de los colegios. Ahí se adorna con flores y papeles de distintos colores, y se colocan frutos a sus pies.
Dicen que si uno no la pone, por la noche llega el diablo a bailar en el patio de tu casa… Nada de eso, que no se trata de caer en cosas que rayan en la superstición.
Pero es curioso, cómo las costumbres populares muchas veces están llenas de sabiduría. Porque lo que sí es muy cierto, es que la Santa Cruz aleja al demonio. Y también es cierto que de la Cruz, nos vienen los frutos de la Redención.
LA CRUZ, SEÑAL DEL CRISTIANO
Aprendimos en el Catecismo, que la Cruz es la señal del cristiano…un patíbulo, que Dios quiso transformar en trono de su realeza…
Israel Zolli llegó a ser muy famoso porque, siendo el gran rabino de la sinagoga de Roma, recibió el bautismo católico el 13 de febrero de 1945. Pues cuentan, que antes de su conversión, cuando entraba en casa de un amigo suyo católico, se quedó pensativo y dijo, mirando un crucifijo: ¡Eso es un condenado! ¿Cómo pueden adorar a un condenado?
Y es que no deja de ser algo que choca con la mentalidad de este bendito mundo nuestro… y, la verdad, no deja de ser razonable que choque… Pero tú y yo, hemos descubierto el sentido… y por eso le tenemos amor y devoción a la Cruz de Cristo…
LA ADORNAMOS CON FLORES, REFLEJO DE NUESTRA VIDA
Por eso en esta fiesta la adornamos con flores. Porque es un reflejo de nuestra vida, en la que hay Cruz y hay flores. Cruz, porque somos discípulos de Cristo, y no es posible seguirle sin Cruz. Y las flores son los frutos de santidad y de apostolado que, por la misericordia divina, van apareciendo en tu vida y en la mía. Es más, Tú y yo procuramos identificarnos con Cristo que está en la Cruz, sabiendo que si le buscamos encontramos la alegría, las flores.
Tú, Jesús, eres el Hijo de Dios que viniste a esta tierra para rescatarnos, para redimirnos. Eso lo hiciste posible a través de la Cruz. Convertiste un patíbulo, un lugar de castigo, en el trono de tu realeza. Coronaste tu camino en esta tierra, alzándote en la Cruz.
Se lo explicas hoy a los apóstoles y nos lo recuerdas a nosotros:
“Nadie ha subido al Cielo, sino el que bajó del Cielo, el Hijo del Hombre. Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es preciso que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea, tenga vida eterna en él”.
(Jn 3, 13-15)
LA CRUZ, TRONO DE TU REALEZA
La Cruz nos levanta, nos da un “levantón”, nos dignifica, porque nos identifica con Jesús con Cristo Rey, que está en su trono, con su corona…
La imagen de la corona es como ese detalle final, que además denota dignidad… Coronamiento es la terminación o el fin de una obra… ¿será que a mis obras, busco darles la dignidad de la cruz…?, ¿será que siempre tienen la cruz incluida y solo de esa manera pienso que están finalizadas o, incluso mejor dicho, que alcanzan su verdadero fin…?
Ojo, que hablo de cosas muy normales, de pequeñas mortificaciones de tomar un bocado menos de lo que te gusta, de no voltear a ver aquello que te llama la atención, de cuidar la postura cuando te sientas, de aprovechar el tiempo, etc.
Eso nos levanta, nos da un levantón, porque es eso lo que nos fortalece contra las insidias del enemigo. O, si hemos flaqueado, si hemos caído, si hemos pecado: de la Cruz obtenemos el perdón, de allí brota la Misericordia Divina.
Por eso hay que voltear a ver para ubicar la cruz de cada día, en cada actividad. Y cuando la descubramos: ¡quererla!
– Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es preciso que sea levantado el Hijo del Hombre…
El relato al que hace referencia Jesús, es el de Moisés que hace la serpiente de bronce para que todo aquel que es mordido por una serpiente (que los mordían por culpa de sus infidelidades), el que fuera mordido si levantaba la mirada y ve esa de bronce, queda curado, no muere…
- ¿Cuánto te tardarías en voltear a ver la serpiente de bronce si te mordieran a ti…? ¿Cuánto tardamos en voltear a ver la cruz sabiendo que tenemos las mordidas (las heridas) del pecado…?
- ¿Cómo te imaginas que tenían “ganas”, “deseo”, de voltear a ver los judíos…? Seguro que hasta intentaban estar cerca, no fuera ser que en una de esas los mordieran las serpientes y no consiguieran ver la de bronce…
- La Cruz conviene tenerla cerca…
No hay que ser masoquistas, pero hay que preferir el camino con cruz, respecto del camino sin ella.
Porque la Cruz no sólo aleja del pecado, de las insidias del enemigo, sino que nos transforma interiormente. Algo tiene esa Cruz…
LA CRUZ, NOS HACE MÁS PIADOSOS
Hace cinco años tuve la dicha de visitar Tierra Santa con un grupo de universitarios, bastante alegres, y el último día lo dedicamos exclusivamente a Jerusalén.
Hay muchos caminos para recorrer Jerusalén, nosotros escogimos la Vía dolorosa. El grupo, normalmente inquieto y bullicioso, estuvo recogido, en silencio, en oración. Todos querían dirigir la lectura, el rezo, de alguna estación del Vía Crucis. Que Cuando llegábamos ante las estaciones todos se ponían de rodillas; y si tocaba hacerlo en plena calle, (porque la capilla estaba cerrada), pues en plena calle.
Algunos pasantes hacían comentarios no tan buenos, otros simplemente hacían bulla sin importarles que estuviéramos rezando. Pero hasta nuestra guía, que era judía, los callaba y pedía respeto. Ella misma, callada, nos dejó recorrer así, esa parte de la ciudad en dirección al Santo Sepulcro…
Algo tiene la Cruz…Nos hace más piadosos, nos da más recogimiento, nos ayuda a vencer los respetos humanos. Algo tiene…¿Qué será…? Creo que es evidente: tiene al Crucificado…
No es la cruz por la cruz, (eso es patológico, enfermizo…) lo que la gente llama cruces, de lo que se quejan… Es Jesús, que está en la Cruz… a Alguien tiene esa Cruz…
MIREMOS A LA CRUZ
“Miremos a la Cruz, esa locura divina, que es locura del amor infinito de Dios por el hombre. Su mensaje es salvífico, y tiene la fuerza de atraer a los hombres hacia Dios.
En las páginas del Evangelio vemos en la vía dolorosa a un cirineo contrariado, obligado a llevar la Cruz, que se convierte en un Simón enamorado de Cristo a quien ayuda con cariño a llevar el peso del Santo Madero (…).
Momentos después, en el Calvario, vemos a aquel malhechor que se llena de arrepentimiento y que acaba siendo san Dimas; o también aquel centurión romano que tocado por la gracia que proviene de la Cruz reconoce la divinidad del Ajusticiado; incluso hasta la misma multitud del pueblo que, compungida, después de estar allí, cerca de la Cruz, vuelve del Gólgota golpeándose el pecho.”
(cfr. Septiembre con Él 2020, Jesús Azcárate Fajarnés)]
LA CRUZ, LLENA DE FLORES Y FRUTOS
La cruz cambia a la gente, a nosotros también…
Esa Cruz: cambia a la gente, nos cambia…
– La cuestión es: si la buscamos, si queremos ese cambio…
“Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”.
(Jn 3, 16-18)
- Madre nuestra ayúdanos a abrazar a tu Hijo en la Cruz..