Quise buscar en internet: “maneras rápidas y fáciles de ganar dinero”, y encontré páginas y páginas y páginas enteras. Con todo tipo de estrategias, con todo tipo de formas, con todo tipo de fórmulas.
GANAR DINERO RÁPIDO
Bueno, hubo una que me hizo mucha gracia; que cuenta 32 maneras de hacer plata rápido, dinero rápido, pasta también, como se dice por ahí… Y entonces, me hicieron gracia, algunas… por ejemplo:
• trabajar en Uber
• vender libros y juegos usados en Amazon
• hacer entregas con Rappi
• contestar dudas en JustAnswer
• pasear perros: !Que no es que uno haya visto esto hace 30 años, paseadores de perros! Eso se ha visto, -por lo menos aquí en Bogotá-, hace unos 10 años máximo.
• Conviértete en entrenador personal
• Coloca publicidad en tu carro; esa me pareció divertida
• lavar alfombras
• donar sangre, y algunas más…
Y efectivamente, uno puede encontrar maneras por ahí, rápidas y fáciles de ganar dinero.
GANAR LA VIDA ETERNA
Y si nosotros pensamos: -Señor, ¿Qué tendría que hacer, para ser un buen negociante y ganarme la vida eterna?
Porque eso es en definitiva, lo único que me tengo que ganar en este mundo.
Si no tengo nada en este mundo, y me gano la vida eterna, pues ya coroné, gané la principal carrera de mi vida, gané la principal competencia.
Y ahora estamos por aquí, todos muy pendientes del “Giro de Italia”, que, al parecer, pues lo puede ganar este año un colombiano: Egan Bernal.
¡Sí, pues chévere!, todos lo estamos viviendo con mucha fuerza.
GANAR EL MUNDO
Pero, -Señor, si tenemos que ganar algo en esta vida, ¡es la vida eterna! Si no ganamos la vida eterna, así hayamos ganado el mundo, lo habremos perdido todo, ¡absolutamente todo!
Fíjate, en la fórmula que nos da hoy, el mismo Jesucristo en el evangelio. -Tú, Jesús, con quién hablamos en estos 10 minutos. Es de San Marcos:
“En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna”
(Mc 10, 28-31).
LISTA DE SANTOS
Y entonces, podríamos hacer otro ejercicio, irnos a internet y poner: “lista de los santos más grandes de los últimos tiempos”, “listas de los santos, a los que Dios les haya pagado en este mundo, con el ciento por uno”.
Pues, quizá no la encuentres esa lista. No sé, no hice ese ejercicio. Hice el ejercicio de buscar plata, y ganar dinero rápido y fácil, ese ejercicio si lo hice.
Pero no hice el ejercicio que acabo de mencionar; “comprobar quiénes han sido, los que más han ganado el ciento por uno en esta vida, y después han conseguido la vida eterna”, o sea: “los santos”.
Y, Señor, podríamos pensar… podríamos hacer un elenco de esos “Santos”.
SAN JUAN PABLO II:
¡Gran santo de los últimos tiempos! ¿Y cómo fue su vida?
Pues, tampoco se vio tan claro el ciento por uno.
Quedó huérfano muy joven, le tocó vivir en medio de la Guerra, le tocó hacer trabajos forzados, sintió en carne propia la pobreza.
Y, bueno, Señor, Tú le pagaste pidiéndole ser el Vice-Cristo en este mundo. ¡Vaya carga! Vaya manera de pagar.
SAN JOSEMARÍA
También podemos pensar, por ejemplo, en San Josemaría.
San Josemaría fue un santo que perdió tres hermanas, cuando era apenas un niño. Luego se le murió su papá, y él quedó a cargo de la familia.
Le tocó vivir también la guerra civil española, la segunda guerra mundial.
Padeció una enfermedad muy fuerte, de diabetes.
Le tocó huir por los Pirineos, de España a Francia, para que no lo mataran.
Cuando llegó a Roma a explicar un poquito lo que era el Opus Dei, no lo entendieron en El Vaticano, en fin…
¿Cuál fue el ciento por uno para estos santos?
SANTA BERNARDITA SOUBIROUS
Te podría seguir contando… Pero te voy a contar uno, así en detalle, uno que me ha conmovido muchísimo, muchísimo, muchísimo.
Es el testamento que hace Santa Bernardita Soubirous. Que es, esa mujer, a la que se le apareció la Virgen de Lourdes, en diferentes ocasiones.
Ella, al final de su vida, -muere muy joven-, muere como de 35 o 36 años, de tuberculosis.
Y ella escribe un testamento, y nos cuenta, -Señor Jesús, ahora que estamos haciendo esta oración, nos cuenta cuál fue su ciento por uno.
ESCRIBE UN TESTAMENTO
Y ese testamento es una oración de acción de gracias, y dice:
“Gracias por la pobreza en la que vivieron papá y mamá, por los fracasos que tuvimos, porque se arruinó el molino.
No sabré cómo agradecerte, si no es en el paraíso, por los días en que viniste, María, y también por aquellos en los que no viniste.
Por la ortografía que jamás aprendí, (me estoy saltando algunas cosas, porque es un poquito extenso, – bueno, no tan extenso-) por la mala memoria que siempre tuve, por mi ignorancia y por mi estupidez, te doy las gracias.
Te doy las gracias porque, si hubiese existido en la tierra un niño más ignorante y estúpido, tú lo hubieses elegido… Porque mi madre haya muerto lejos.
HERMANA MARÍA BERNARDA
Por el dolor que sentí cuando mi padre, en vez de abrazar a su pequeña Bernardita, me llamó «hermana María Bernarda»…, te doy las gracias.
Te doy las gracias por el corazón que me has dado, tan delicado y sensible, y que me colmaste de amargura… Porque la madre Josefa anunciase que no sirvo para nada, te doy las gracias.
Por el sarcasmo de la madre maestra, por su dura voz, por sus injusticias, por su ironía y por el pan de la humillación… te doy gracias.
DAR GRACIAS
Gracias por haber sido como soy, porque la madre Teresa pudiese decir de mí: » Jamás le cedáis lo suficiente»…
Doy las gracias por haber sido una privilegiada en la indicación de mis defectos, y que otras hermanas pudieran decir: «Qué suerte que no soy Bernardita»…
Agradezco haber sido la Bernardita a la que amenazaron con llevarla a la cárcel…
Bueno, bueno, bueno, y así sigue el testamento… dice más adelante:
Por el cuerpo que me diste, digno de compasión y putrefacto… por mi enfermedad, que arde como el fuego y quema como el humo, por mis huesos podridos, por mis sudores y fiebre, por los dolores agudos y sordos que siento…
Te doy las gracias, Dios mío.
SERMON DE LA MONTAÑA
Y sI Tú Jesús, muchas veces nos recuerdas… En el Sermón de la Montaña, que es el sermón más famoso de Jesús.
Bienaventurados los pobres, bienaventurados los que lloran, bienaventurados los afligidos, los que sufren por causa de la justicia, ¡Bienaventurados!… ¿Así es como el Señor paga el ciento por uno en esta vida?
Y cada uno de nosotros puede pensar; -Señor, ¿Cuál es ese ciento por uno para mí?
GANAR EL CIENTO POR UNO
No se trata de comodidades, de riquezas, de lujos, de gozar de una buena salud.
Pero, cada uno recibe del Señor, conforme es su vida, la que le ha tocado vivir, por cultura, por tradición, en el país que le ha tocado vivir, en donde le ha tocado nacer… y ahí tiene que descubrir el ciento por uno.
Ahí tienes que descubrir, cómo, Tú Jesús, nos ayudas a vivir y a sentir en este momento, el ciento por uno.
Y, ¡claro! ese ciento por uno, para los santos, ha sido: gozar de la presencia tuya, en el alma, en el corazón.
GANAR LA VIDA ETERNA
Hace dos días celebramos la fiesta de Pentecostés:
“Yo rogaré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros eternamente”
(Jn 14,16).
¡Ese es el ciento por uno!
La venida del Espíritu Santo. Dios con nosotros. El que tiene el Espíritu, lo tiene todo, ¡lo tiene todo!
Hay una oración al Espíritu Santo que dice:
¡Oh Espíritu de verdad y de sabiduría, Espíritu de entendimiento y de consejo, Espíritu de gozo y de paz!: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras…
¡Eso es tener el ciento por uno! Tener el Espíritu Santo, para querer todo lo que sucede a nuestro alrededor, sean cosas buenas o malas, y tenemos que ser muy agradecidos.
(¡Dios mío se han pasado 11 minutos! ¡Tengo que terminar en el acto!)
Vamos a pedirle al Señor, ser conscientes de ese ciento por uno en esta vida, si lo tenemos a Él en nuestro corazón, en nuestra alma.
Y en otra meditación, -Señor Jesús- hablaremos de la vida eterna, donde Tú nos esperas, con el Padre y el Espíritu Santo.
ACUDAMOS A MARÍA
Acudimos a nuestra madre Santa María, para que ella también nos ayude a darnos cuenta, de ese ciento por uno, ¡ya en este mundo!
Ella también fue así, ella también se comportó así, no temió ser esclava, no temió ser humilde, y le entregó toda su vida a Jesús.
Me llamaran bienaventurada todas las generaciones, porque el poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Madre mía, que también en nuestros pobres corazones y nuestra pobre vida, el Señor obre ese ciento por uno.
Hermoso testamento de santa Bernadette para darnos cuenta que todo en esta vida es prestado y que nuestro regalo para siempre, para siempre, para siempre será el cielo.
Hermoso testamento de santa Bernadette para darnos cuenta que todo en esta vida es prestado y que nuestro regalo para siempre, para siempre, para siempre será el cielo.