En estos 10 minutos con Jesús como siempre empezamos pidiendo una especial asistencia para que nos ayude a hacer la oración; esto es diálogo con Dios y estamos procurando mantener, establecer y alimentar esta relación con Jesucristo.
QUE JESÚS SEA EL PROTAGONISTA EN NUESTRA VIDA
De manera que Jesucristo sea realmente lo más importante en nuestra vida, el protagonista más importante de nuestra existencia, por eso le pedimos una especial gracia para penetrar mejor el sentido del Evangelio con su gracia, para que se grabe más en nuestros corazones.
QUEREMOS ESTAR CERCA DE LA LUZ
Él nos ha dicho:
“Yo soy la luz del mundo, el que viene a mí no andará en tinieblas”
(Jn 8, 12)
Necesitamos estar cerca de esa luz para no estar en las tinieblas de la ignorancia, del no entender qué es lo que tenemos que hacer, no saber cómo tenemos que reaccionar, no saber cómo tenemos que contestar, cómo tenemos que decir las cosas, que es lo que tenemos que hacer.
Necesitamos vivir en la luz para saber qué hacer, también para enterrar rencores, envidias, broncas, todo eso que nos hace tanto daño porque nos aleja tanto de Dios.
Un rencor en el corazón es un alejamiento de Dios tremendo, nos vuelve el corazón sordo y esto nos impide escuchar la voz de Dios.
GRACIA PARA COMPRENDER EL EVANGELIO
Por eso pidámosle hoy una gracia al Señor para poder siempre comprender mejor el Evangelio.
Dice el texto de San Juan,
“En aquel tiempo estaba María afuera, junto al sepulcro, llorando, mientras lloraba se asomó al sepulcro y vió dos ángeles vestidos de blanco sentados uno a la cabecera y otro a los pies donde había estado el cuerpo de Jesús, ellos le preguntaron: -Mujer, ¿Por qué lloras?
Ella les contestó: -porque se han llevado a mi Señor, si tú te lo has llevado dime dónde lo has puesto.
Dicho esto se volvió y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús, Jesús le dice: -Mujer, ¿Por qué lloras?
Ella confundiéndolo con el hortelano le contestó: -Señor si tú te lo has llevado dime dónde los has puesto y yo lo recogeré,
Jesús le dijo: -¡María!
Ella se volvió y le dijo: -Rabbuní, qué significa maestro,
Jesús le dice: -no me retengas porque todavía no he subido a mi Padre, pero anda, ve a mis hermanos y deciles que subo al Padre mío y al Padre vuestro, al Dios mío y al Dios vuestro.
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: he visto al Señor y ha dicho esto”.
(Jn 20, 11-18)
ID Y PREDICAD EL EVANGELIO
En estos días estamos recordando esos primeros momentos después de la Resurrección del Señor. En la primera lectura hemos visto el discurso de Pedro inmediatamente después de recibir el Espíritu Santo; según el texto, el que ha experimentado en su vida la fuerza de la Resurrección, revisará la misión encomendada por Jesucristo: “Id y haced discípulos míos a todos los hombres con los que se crucen”.
PEDRO TIENE LA MISIÓN DE LLEVAR LA BUENA NOTICIA
San Pedro tiene esto grabado en el corazón. Escuchamos a Pedro hablar a una multitud que no conocía congregada para la fiesta de Pentecostés, recordando su pasado inmediato, su incapacidad, su negación de Jesús en la noche del jueves, su huida, su cantidad de metidas de pata.
Pero sobre todo la traición despierta a nosotros sentimientos de gratitud y admiración, Pedro después de haber sido todo de pecador y es ahora todo de santo.
También da mucha confianza en la fuerza transformadora de la gracia, ese Pedro que hacía pocos días no podía convencer a nadie de que Jesús había resucitado, después de Pentecostés podrás llevar la buena noticia a miles de personas.
MILES SE CONVIRTIERON
El primer domingo de Pentecostés se bautizaron tres mil, y el siguiente cinco mil; es una locura teniendo en cuenta que Jerusalén era una ciudad con a cerca de 50,000 personas.
Había fiestas y había mucha gente que venía para las festividades pero es muchísima gente la que se ha convertido y la predicación de San Pedro no es brillante es normal, es Dios el que está actuando en los corazones de la gente.
DIOS ACTÚA EN LOS CORAZONES
Como queremos que actúe en nuestros corazones y en los corazones de todas las personas con las cuales nos cruzamos.
Por eso es muy bonito ver a Pedro cobarde, Pedro pecador, a Pedro traidor, que traiciona al Señor, que lo deja solo, que lo abandona.
Y luego ver como después, se arrepiente, se purifica por la penitencia.
Porque hace falta pasar por la penitencia, hace falta pasar por la Cruz como Pedro, que recibirá la gracia del Espíritu Santo que lo va a llevar a cumplir su misión.
ES UN PROCESO DE TRANSFORMACIÓN
Este proceso maravilloso de transformación ha continuado a lo largo de la historia en todos los cristianos. Cristo sigue vivo haciéndose presente en cada persona que es capaz de reconocerle y vivir en comunión con Él.
Pedro expone con vehemencia el núcleo del mensaje cristiano: el mismo Jesús a quien vimos crucificar, Dios constituido Señor y Mesías lo ha resucitado.
¿QUÉ HACEMOS ANTE LO QUE NOS DICE EL EVANGELIO?
Con respecto a las palabras de Pedro, surge un cuestionamiento interior, que es como una pregunta:
¿Qué tenemos que hacer ante la proclamación de la Palabra?
Yo que tengo que hacer y nos señala el camino, un comienzo qué es arrepentirnos, es decir cambiar la mente y el corazón, es decir dejarnos transformar por la gracia, esto no es un programa de cuaresma, sino es un programa de toda la vida.
CRISTO HA RESUCITADO, CRISTO VIVE
Cristo ha resucitado, es la proclamación más importante repetida en estos días y en toda la historia del cristianismo. Jesús ha vencido la muerte.
Los evangelistas, con algunas pequeñas variantes derivadas de los distintos contextos culturales o comunidades a las que se dirigen, ponen por escrito lo que vivieron y oyeron a través de los relatos que se iban sucediendo en las comunidades de los creyentes.
LOS DISCÍPULOS DE JESÚS EXPERIMENTARON LA TRANSFORMACIÓN
Y Juan y los demás evangelistas escriben una crónica de lo sucedido; al tercer día de la Resurrección de la muerte de Jesús, expresan lo que ha significado para ellos su encuentro con Jesús después de la muerte, la transformación que experimentaron en sus vidas, no sin antes recorrer el camino de la Cruz, un camino no exento de dificultades y de sufrimientos.
DESPUÉS DE LA CRUZ, EXPERIMENTAN LA LUZ
Todos pasaron por el miedo, el fracaso, la desorientación, la pérdida, la búsqueda.
Todos al leer el texto de hoy sabemos el contexto en el que se han desarrollado los últimos días vividos por Jesús, tenemos la representación mental de las negaciones, de los abandonos, de la traición, pero también de la fidelidad de las mujeres al pie de la Cruz.
FIDELIDAD, PERSEVERANCIA, AMOR
Hoy la palabra nos vuelve a hablar de fidelidad, de perseverancia, de amor. María Magdalena busca a Cristo, su cadáver, el cuerpo muerto de Jesús.
Y cómo nos lo cuenta San Juan, va a realizar ese último acto de amor que es embalsamar el cuerpo muerto de Jesús, es posible que María Magdalena contemplara todo eso en la oscuridad y en la cercanía de un sepulcro vacío.
Por eso, qué bonito es ver la transformación después de ese encuentro con Jesús, de María Magdalena y cómo sale corriendo a comunicar a los demás que Jesús está vivo, que Jesús ha resucitado.
JESUCRISTO VIVE
Esta es como la trascendencia de lo ocurrido en el corazón de María Magdalena, Jesucristo está vivo, esa certeza de que Jesucristo vive, de que ha resucitado y de que por lo tanto estará junto a nosotros siempre es lo que Dios espera de nosotros.
Que sepamos mostrar a los demás que Jesucristo vive, Jesús está vivo y podemos contar con Él.
Para eso es necesario que nos encontremos con Jesús, que podamos decir como María Magdalena, Rabbuní, Maestro, Jesús estás vivo.
¡Qué bonito! poder recordar esa expresión de María Magdalena cuando se topa con Jesús resucitado y le dice: “Maestro, Jesús, estás vivo”.
Que nosotros también podemos decirle eso a Jesús. Pidámoselo especialmente en este rato de oración, que muchas veces digamos:
Jesús estás vivo, Jesús has resucitado, Jesús no estás muerto para mí, siempre estarás vivo, siempre puedo contar con vos, siempre estás a mi lado.
Que Santa María nuestra madre, nos confirme en esta convicción.