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LA AYUDA DE LOS ÁNGELES

LA AYUDA DE LOS ÁNGELES

LA FIESTA DE LOS ARCÁNGELES

Hoy celebramos una fiesta muy bonita, pero a la vez quizá un poco misteriosa; la fiesta de los tres Arcángeles: san Miguel, san Gabriel y san Rafael. Y digo misteriosa porque la presencia de los ángeles en nuestra vida, en la vida cristiana, en la vida de la Iglesia, en la vida, incluso, del mundo es entre conocida y desconocida.

Cuántas veces invocamos a los ángeles, para que nos ayuden en nuestras necesidades. Hay gente que les tiene más devoción, gente que les tiene no tanta; y sin embargo, los ángeles están muy presentes.

Nos dice la doctrina cristiana en el Catecismo que los ángeles son, precisamente, los mensajeros de Dios. Y no sólo mensajeros, sino que actúan, no sólo revelan mensajes, sino que también ayudan, son fuerza de Dios.

Precisamente eso es lo que significa el nombre de Gabriel: fortaleza de Dios, fuerza de Dios. En la Sagrada Escritura vemos cómo los ángeles están muy presentes en toda la historia de la salvación, desde el inicio.

Cuando son creados, al inicio, antes que los hombres, cuando Dios crea a la luz. Dicen los Padres de la Iglesia que crea a los ángeles y luego hasta el final, pasando por las historias de Abraham. Abraham, que se encuentra con ángeles, le salen al paso, vienen a revelarle que va a tener un hijo, Jacob, que lucha contra un ángel.

Y luego, como el ángel guiaba al pueblo de Dios, que había salido de Egipto hacia la Tierra prometida.

LA PRESENCIA DE LOS ÁNGLES

Los ángeles aparecen muchas veces: cuando el pueblo está en el destierro; el profeta Daniel tiene visión de ángeles; y luego el profeta Ezequiel, lo mismo. Los ángeles también tienen que ver mucho con la vida de nuestro Señor Jesucristo.

Al inicio, cuando el Señor nace en Belén, los primeros que anuncian esa llegada son los ángeles, y se lo anuncian a los pastores, les dan la buena noticia y además ahí aparecen los ángeles como cantores entonando el Himno del Gloria.

Después la vida de Cristo estará rodeada de los ángeles. Jesús va al desierto, es tentado por satanás -el ángel malo-, pero después dice el texto que los ángeles le servían.

Luego el Señor sigue experimentando esa presencia de los ángeles y especialmente los momentos más duros. Se le ve en la oración en el Huerto, cómo tras hacer esa oración difícil, angustiosa, que con la cual llega a sudar sangre y como dice el texto del Evangelio que un ángel lo confortaba.

El ángel no solamente anuncia, no solamente apoya con la fuerza de Dios, sino que, además, conforta.

Luego son los ángeles los que anuncian la resurrección de Jesús a las santas mujeres y cuando el Señor asciende al cielo, también son ángeles los que les dicen a los apóstoles que no se queden parados, sino que vayan que hagan lo que Jesús les dijo, que permanezcan en oración hasta la llegada del Espíritu Santo.

Después, en la vida de la Iglesia era tan fuerte la presencia de los ángeles, los primeros cristianos eran tan conscientes de su existencia y de su acción, que cuando San Pedro es puesto en la cárcel, toda la Iglesia, rezaba por él.

TENER CONCIENCIA DE LA PRESENCIA DE LOS ÁNGLES

Cuando un ángel, lo libera, San Pedro va a una casa de los primeros cristianos y toca la puerta para que lo acojan y cuando le sale a recibir la portera y escucha San Pedro, va a anunciárselo a todos los demás -todavía no le habría- y los demás le dicen: -No, no debe ser Pedro, debe ser su ángel.

Cómo eran tan familiares a la presencia de los ángeles los primeros cristianos y luego ese auxilio de los santos ángeles, cómo se va manifestando a lo largo de toda la historia de la Iglesia también.

Por eso es muy bueno que quizá en este día, el de los santos Arcángeles, le pidamos a Jesús y, lo hacemos ahora, que nos ayude a tener más conciencia de esa presencia de los santos ángeles a nuestro lado.

“Jesús, ayúdame a darme cuenta de que Tú envías a estos mensajeros a ayudarme a recorrer este camino cristiano.” Quizá, es lógico, que le agradezcamos, en primer lugar, a nuestro ángel de la guarda. Es verdad que dentro de pocos días vamos a celebrar la fiesta de los Ángeles Custodios.

Pero entre hoy y ese dos de octubre podemos, quizá fomentarlo en nuestra vida, tratar un poco más a nuestro ángel custodio y en general a los santos ángeles.

Hoy 29 de septiembre, celebramos a los tres arcángeles. Y nuestra vista, pienso, que se podría fijar, especialmente, en uno de ellos: en san Miguel, san Miguel Arcángel.

CAPITAN DE LOS EJÉRCITOS DIVINOS

¿Quién es san Miguel? La Sagrada Escritura nos lo presenta como el Capitán de los Ejércitos Divinos y especialmente aquel que dirige la lucha contra satanás.

De hecho, en el Apocalipsis aparece, ese misterio porque no es que haya sido un momento histórico, sino que se está desenvolviendo a lo largo de toda la historia.

Dice el texto que:

“Se entabló un gran combate en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón -el dragón que es satanás, lo va a decir después-; pero no prevalecieron, ni hubo ya para ellos un lugar en el cielo. Fue arrojado aquel gran dragón, la serpiente antigua llamado diablo y satanás, que seduce a todo el universo, fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él.

(Apoc 12. 7-9)

Y es bonito porque como Miguel y sus ángeles, los ángeles buenos y fieles a Dios luchan y vencen a satanás; después, viene un himno de acción de gracias que quizá lo podemos hacer nuestro.

«Entonces oí, en el cielo, una fuerte voz en el cielo, que decía: «Ahora ha venido la salvación, la fuerza, el reino de nuestro Dios y el poderío de nuestro Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche, ellos lo vencieron por la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron y despreciaron su vida hasta la muerte. Por eso alegraos cielos y cuantos en ellos habitáis.»

(Apoc 12, 10-12)

Es bueno que nos alegremos también nosotros de esta presencia de san Miguel, que es capaz de, también, expulsar al demonio que nos viene a tentar en nuestra propia vida particular.

ORACIÓN A SAN MIGUEL

Por eso es bueno que le pidamos a san Miguel que nos ayude a luchar contra satanás, sobre todo, esas tentaciones más frecuentes que podamos tener. Y lo pensamos no solamente para nuestra vida, sino también para la vida de la Iglesia.

El Papa Francisco, siguiendo una tradición antigua quiso, hace un par de años, que al final del rosario, recemos la oración a san Miguel, pidiendo por la Iglesia. ¿Para qué? Para que no permita que, en la Iglesia, a nivel -podríamos decir más institucional-, satanás se metiera para desbaratar la fe de los creyentes.

Qué buena es esa oración y con esto podemos terminar estos 10 Minutos con Jesús pidiéndole al Arcángel san Miguel que nos defienda:

“Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la maldad y las asechanzas del demonio. Pedimos suplicantes, que Dios lo mantenga bajo su imperio. Y tú príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el poder divino a satanás, y a los otros espíritus malvados que andan por el mundo tratando de perder a las almas. Amén.”

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