«En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer”
(Lc 18, 1).
Señor mío, eso hacemos todos los días en 10 min con Jesús. Pero, ¿siempre? ¿y sin desfallecer? ¿O solo escuchas estos diez minutos y ya?.
¿O sea, Jesús, que Vos querés que estemos en conversación contigo todo el día, todos los días? ¿Eso se puede?
TÉNGANLO EN CUENTA
Me podría proponer buscar cada día ocasiones de diálogo contigo, pero eso también depende de Ti. Ayúdame a darme cuenta qué cosas me hablan de Ti, qué cosas me llevan a Ti.
Por ejemplo: creo que todos los grandes santos han sabido descubrir lo bello que esconde la creación, y han reconocido también el mérito y la virtud que reside en las actividades humanas nobles de la vida. ¡Que yo también sea capaz de eso! Eso, a los santos les permitía hacer oración, hablar Contigo.
Nosotros también podemos descubrir las ocasiones de diálogo con Jesús, de meditar con Él -todas las ocasiones que nos ofrece la vida cotidiana.
Dice san Pablo:
“Todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, ténganlo en cuenta”
(Flp 4,8).
TÉNGANLO EN CUENTA
Es un consejo que seguro, Jesús -ese consejo de San Pablo-, ha inspirado a muchísimos cristianos y ahora nos invita a ti y a mí, a buscar la belleza de Dios escondida en los múltiples ámbitos de la vida cotidiana.
Pero aquí podría meterse, por las ondas sonoras de este audio, una madre de familia y decir que le gusta a ella hacer oración, y que estos audios, estas conversaciones de los sacerdotes en voz alta contigo Jesús, le ayudan.
Pero se puede preguntar ¿cómo hacer para que mis hijos, por ejemplo, que les gusta más el fútbol o la música, consigan en algún momento de su vida hablar con Dios? Que quieran hablar contigo Jesús.
Pues ojalá tus hijos descubran en esas cosas nobles y buenas de la vida, -como el fútbol, la música- ocasiones para hablar con Jesús, para meditar e ir sacando consecuencias para su vida.
MEDITAR CON UN AMIGO
En esta cuarentena ha habido ocasión para todo.
Hace unos meses, hablando con un sacerdote amigo, se nos ocurrió lanzar unos audios más cortos que se llaman “Meditar con”, en la red social “Sacerdote a bordo”, en este caso con el concepto de podcast.
– ¿Meditar con qué? – le dije yo a mi amigo.
Y se le ocurrió decir: Pues con fútbol. ¿Qué tal hacer algunas meditaciones futboleras?
-¿What? -le dije yo. ¡¿Futboleras?!
– Y me dice: Sí sí sí.
Los que seguimos el fútbol vemos, por ejemplo, una escena que se repite con bastante frecuencia: el gol, la celebración, normal que un jugador también se dé la señal de la Cruz, las manos apuntando al cielo. Y en ese momento de alegría máxima, pues rezar, agradecer, pedirle a Dios que ese momento se repita muchas veces más.
MEDITAR CON TODO
Claro Jesús, es que a este amigo le apasiona el fútbol, o como se dice en España, le flipa el fútbol, así como a mi me apasiona el ciclismo o el tenis. Y a ti te gusta eso Jesús.
Después le dije a este amigo: pero bueno, está bien.
Se puede meditar con fútbol, te creo, pero: ¿meditar con qué más, con qué más? Y fue el momento en el que nos sentamos a escribir, a proyectar, aprovechando la cuarentena.
Meditar con arte, porque Dios es la fuente de toda belleza.
Meditar con la calle, porque Jesús también recorrió las calles de su país y fue transmitiendo la salvación a todos los que se encontraba en el camino.
Meditar con la historia, porque el Verbo se hizo Carne y quiso entrar en el tiempo de los hombres.
Meditar con música, ¡a quién no le gusta la música! porque cuando las palabras se quedan cortas nos sale natural demostrar nuestro amor -también a Dios- con canciones.
Meditar con la literatura, porque el Evangelio es la narración más bella jamás contada, y por eso los libros nos pueden llevar a pensar también en Jesús.
Meditar con el cine -se nos ocurrió también, meditar con el cine- porque Dios es el gran espectador de la película de nuestra vida. Pero se disfruta más cuando dejamos que seas Tú también, Jesús, el director, el guionista, el protagonista.
Contando, son siete “Meditar con”, uno para cada día de la semana. ¡Fantástico! Y así nacieron estos audios que aparecen en todos los canales de podcast (en Spotify, Soundcloud, Spreaker, Apple podcast, Google podcast…)
¿PARA QUÉ JESÚS?
Para aprender a extraer de nuestras ocupaciones, de nuestros gustos, de nuestras aficiones, el material para conversar con Vos. Para conversar contigo Jesús, de lo divino y de lo humano.
Ayudar a muchos a ser espontáneos en la meditación. A llevar nuestra mente a Dios, acostumbrarla a Dios. A que Dios haga parte de nuestra vida. También de nuestros gustos y de nuestras aficiones.
Tú Jesús, con tu venida a este mundo, has santificado todas las realidades humanas nobles, y ahora nos queda como tarea realizar nuestras actividades habituales, viviendo a la vez en esa profunda unión contigo. Sí, se puede hacer eso que Tú nos dices hoy en el Evangelio de este sábado.
Vuelvo a repetir como comienza el Evangelio:
«En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer”
(Lc 18, 1).
Por eso, nosotros podemos encontrar en las cosas nobles, limpias, agradables de esta vida, esas oportunidades que nos da la vida para hablar contigo. Gracias Jesús por permitirnos hablar contigo de todo, de todo.
Qué buen consejo también el de Pablo a Timoteo -y con esto Señor, vamos terminando este rato de oración:
“Todo lo creado por Dios es bueno y no hay que rechazar nada si se toma con agradecimiento, pues queda santificado por la palabra de Dios y la oración”
(1Tim 4, 4).
QUÉ BUEN CONSEJO
Pues acudimos a nuestra Madre Santa María, Ella que también fue una mujer normal de su tiempo y se metió, como una mujer más, en todas las situaciones cotidianas, en toda la vida de una mujer noble y limpia de ese momento.
Pues le vamos a pedir a nuestra Madre que también nos ayude a ir convirtiendo todas las circunstancias nuestra vida en ocasión de diálogo con Jesús.
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