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RAZONES PARA CREER

la paz

A algunos cristianos les falta fe y, a veces, no lo niegan, pero pretenden excusarse acerca de su insuficiencia para creer.  Por eso, algunas veces yo me he encontrado con personas que parecería que dicen: “Si yo hubiera visto un milagro, entonces creería; es más, entonces sería santo”.

Hoy nos encontramos con esa misma actitud en el Evangelio.  Algunos escribas y fariseos dijeron a Jesús:

““Maestro, queremos ver un milagro tuyo”.  Él les contestó: “Esta generación perversa y adúltera exige una señal, pero no se le dará más señal que la del profeta Jonás.  Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo, pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.””

Continúa el Señor, si bien esto es una experiencia que va a ocurrir en base a su muerte, también habla de lo que sucedió en el Antiguo Testamento y dice:

““Los hombres de Nínive se alzarán en juicio contra esta generación y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás y aquí hay uno que es más grande que Jonás”.

“Cuando juzguen a esta generación, la reina ordenará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay uno que es más que Salomón””

(Mt 12, 38-42).

LA VERDADERA ESENCIA DE NUESTRA FE

Si yo hubiera visto un milagro… si pasa esto, entonces ahí sí creo… 

Esta no es la señal del cristiano.  El cristiano es el que cree por Jesucristo nuestro Señor que ya padeció, que murió, que nos ha redimido.  Esa es la verdadera esencia de nuestra fe.

No creemos porque nos va a ir bien: “Si te pegas al Señor, entonces vas a vender todo el producto que tienes en stock.  O te van a salir mejores tus recetas de cocina; o vas a sacar siempre buenas notas…”

¡No! Esos serían los milagros que piden estos fariseos.  Lo nuestro es lo ordinario, es creer por la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

¿Cuántas veces en el mundo se han dado grandes milagros y la gente no cree? ¿O se distorsiona lo que deberían creer?

AÚN CON MILAGROS NO CREEMOS

De hecho, podemos encontrar algunas cosas en la historia de la humanidad.  Hace relativamente poco, estuvo el famoso caso “Flew”, que es bastante público.  

En el 2004, un filósofo inglés, Anthony Flew -gran defensor del ateísmo- anunció su conversión en una entrevista que le realizó el periodista Gary Habermas, en filosofía Cristi.

Este cambio de su pensamiento comenzó a producirse en las implicaciones filosóficas que tenían algunos de los aspectos de la naturaleza, de la ciencia que él estaba profundizando.

Fue algo realmente interesante, porque durante varios años se habló de esta conversión, especialmente en los círculos anglosajones más cultos.

Sin embargo, después de unos años, salió una noticia de que le habían manipulado, que ya era demasiado mayor, que, en realidad, no era así como decían.  Que había alguna mano negra por detrás en esa conversión…. Resultó un poco llamativo.

EL PAPA DE HITLER

Acuérdense, hasta ahora nos resulta un poco chocante, Pío XII, uno de los Papas más interesantes de nuestro tiempo, que estuvo hasta 1958, fue el Papa durante la Segunda Guerra Mundial.  

Fue un héroe en salvar miles de vidas de judíos, desde la discreción como un líder religioso atrapado en una situación que le obligó a callar muchas veces para evitar una mayor represalia nazi.

Incluso, era como algunos pensaban y decían: “El Papa de Hitler”.  Le han hecho una campaña negra impresionante. 

Pero cuando se estudia, ahora que se han abierto los archivos vaticanos, para esa época (o sea a partir del año 50), hace relativamente pocos meses, ha salido a la luz una cantidad de documentación que prueba cómo luchó muchas veces por hacer acciones puntuales en distintos sitios, animando a salvar muchísimas vidas de judíos; sin embargo, la historia le ha calificado de otro sitio.

Una cosa que se está dando aquí en nuestras narices, la misma Madre Teresa de Calcuta, que todos pensamos que es una mujer extraordinaria.  

Desde más o menos años 90, hay una cantidad de voces críticas que se alzan en contra de esta religiosa, que la acusan de ser una fanática amiga de dictadores… cosas increíbles y, sin embargo, los hombres hemos cambiado todo; esa mala predisposición.

EN NUESTRA FE TENEMOS RAZONES PARA CREER

Si esto se pone así con esta gente que hemos vivido nosotros, que son relativamente cercanas a nuestra época, ¿qué hubiera pasado si solo nos estamos esperando milagro de las cosas ordinarias?

Que sin estudiar rezo y automáticamente paso el año, entonces, ya creo en Dios.  Pero después ya empiezo a pensar que en realidad no es eso, sino que el profesor es buena gente y se dieron otra serie de condiciones que lo que produjeron es que pude pasar el año de relancina.  O porque pasaron una serie de eventos, pero que no era Dios.  

O que la curación milagrosa del cáncer o de esa enfermedad o conseguir trabajo, eso que había estado persiguiendo durante muchísimo tiempo y por lo cual había rezado muchísimo, después lo consigo y me doy cuenta de que tal vez se deba a mi esfuerzo personal…

Nuestra fe no puede estar en estas cosas.  En nuestra fe tenemos razones para creer y las razones para creer es por nuestro Señor Jesucristo que vino a salvarnos.  

Por esta fe que está concentrada en la belleza de la doctrina.  Por eso que vives cuando vas a recibir los sacramentos.  Por eso que te das cuenta que te da fuerza para enfrentar los malos ratos; esa fuerza para vivir bien la vida moral…

Tantas cosas son nuestras razones para creer y no los milagros, porque si solo vivimos de milagros, no vamos muy lejos.

FE

Recordar también estas otras palabras de san Lucas, parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro:

““Padre Abraham, si alguno de los muertos resucita y va donde ellos, se convertirán” y le contesta Abraham: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite””

(Lc 16, 27-29).

Vamos a ir a la base.  “Señor, en este rato de oración te queremos pedir fe.  Sabemos que la fe, igual que la esperanza y la caridad, son virtudes teologales y solo Tú nos las puedes dar.

“Te pedimos a Ti Jesús, a quien acudimos en este rato de oración, que nos aumentes la fe.  Aunque tengamos más razones para creer, que creamos en tu Resurrección, en ese Cielo que nos tienes preparado y que nos has ofrecido a cada uno de nosotros.

“Te pedimos que seamos hombres y mujeres de fe, que sepan dar razón de su fe; que sepan ir y dar también a los demás esa fortaleza en la fe”.

Porque cuando nos ven a nosotros que rezamos, que estamos contentos y que hacemos las cosas por amor a Dios, eso remueve y es mejor que muchos milagros que se puedan dar.

Madre nuestra, ponemos estas intenciones en tus manos para que nos ayudes a tener cada vez más razones para creer y que nosotros seamos una razón de creer para los demás.

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