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VIRGEN DE GUADALUPE

Virgen de Guadalupe

TODOS CONTEMPLANDO A LA VIRGEN

¡Qué ganas de estar ahí en la Villa! ¡Qué ganas de estar junto a la tilma! ¡Verdad! Ganas de ver a San Juan Diego contemplando a la Virgen de Guadalupe; bonita, recogida, presente ahí y aquí con nosotros.

Desde aquí, en Chile, parece una locura pues estamos tan lejos de México, son miles de kilómetros. En 10 minutos con Jesús, estamos repartidos por tantos lugares, sin embargo, todos estamos con el corazón unidos en la Virgen de Guadalupe. ¡Qué se puede! Ahora mismo, que estamos rezando podemos volar y estar ahí… estar con la Virgen y mirarla; mirarla con cariño que se convierte en contemplar. No nos quedemos solamente en mirar; contemplemos con el corazón. Que sí que se puede.

¿Qué nos querrá decir hoy la Virgen de Guadalupe, a ti y a mi? Se lo puedes preguntar tú mismo, hoy y ahora… María Virgen de Guadalupe…

¿Qué me quieres decir?

¿Qué me dices con tu mirada, con tu presencia cariñosa, con tus palabras?

¿María qué me quieres decir hoy?

Escuchamos, con el corazón abierto, con una sonrisa en los labios como ella.

NOS OFRECES TU REGAZO

Hay un libro llamado: “Buscaré Señor tu rostro”, con un montón de cosas muy buenas. En algún momento del libro se refiere a aquellas apariciones tan maternales de María Santísima, don Ricardo Sada, el autor, dice lo siguiente:

Una de las características de las apariciones de Guadalupe, de acuerdo a la tradición del Nican Mopohua, es que ella nada pide a Juan Diego, ni oraciones especiales, ni penitencia, ni nada. Sólo ofrece consolarlo en su regazo, invitándolo a la total confianza.

Será por qué el pecado que más duele a Dios es el de nuestra desconfianza. (Porque el pecado de Adán y Eva, fue que no confiaron en la palabra que les había dado Dios)

La Virgen sólo ofrece consolarlo en su regazo, invitándolo a la total confianza.

Quizás la Virgen también hoy día, a ti a mí, en este rato de oración quiere también esto. Quizás no nos quiere pedir nada, sino solamente abrazarnos, consolarnos, animarnos, llenarnos de cariño, invitándonos a una total confianza.

MUÉSTRATE MADRE

Me acordaba de unas palabras, que también a nosotros nos pueden servir, son palabras súper antiguas de una oración; un himno muy antiguo y muy bonito dirigido a la Virgen, qué San Josemaría le decía muchas veces (y que se las dijo también ahí, con mucha fuerza y con mucho cariño, en la Basílica de Guadalupe). Son palabras muy antiguas, de hace muchos siglos, en latín: “Monstra Te esse matrem”. Muestra que tú eres madre. Muéstrate madre… muestra que eres madre, que eres maternal. San Josemaría, se lo decía a la Virgen: “Monstra Te esse matrem”. Muestra que el padre se lo decía con una confianza, con un cariño, como una oración al mismo tiempo cariñosa y llena de fe. Nos puede servir decirle a ella ahora mismo, también en la oración, cómo necesitando ese cariño de ella; ese invitarnos a la total confianza, el deseo de arroparnos el deseo de abrazarnos. Digamoslo: «Monstra Te esse matrem». Muéstranos que eres madre. Yo sé que lo eres, pero muéstramelo, lo necesito, necesito tocarlo.

Puede ser que a algunos le suene, un Santuario muy bonito… que está en el noroeste de España. El Santuario de Torreciudad, también dedicado a la Virgen, también de una tradición muy antigua. Estábamos en el Santuario haciendo un retiro espiritual, de hecho, justo antes de la ordenación sacerdotal. Cuando nos mostraron un libro donde la gente va anotando saludos.

Torreciudad

Este es un libro antiguo de los comienzos del Santuario, que data de los los años setentas y en donde  se encuentra, con una caligrafía fuerte un nota de San Josemaría, con ésta misma oración. Dirigida también a la Virgen ahí, en Torreciudad, situada en un lugar muy lejana del Santuario de Guadalupe. Pero de nuevo, esta misma oración: “Monstra Te esse matrem”. Palabras de un Santo dirigidas a la Virgen Santísima.

Otro dato bonito, es que en este mismo libro, unos centímetros más abajo, con una caligrafía fina, muy distinta, como también sus personalidades (distintas, pero ambos muy Santos) la nota abajo, era de el Beato Álvaro del Portillo quien escribe esta misma oración: “Monstra Te esse matrem”. Quizá debemos imitar a estos dos Santos; tan buenos, tan cariñosos, tan devotos de la Virgen de Guadalupe.

SAN JOSÉ, MAESTRO DE VIDA INTERIOR

También nosotros podemos hoy día, mirar más a la Virgen, buscarla más y rezarle más…
Ahora que empezamos el año de San José, que recién nos ha convocado el Papa, podemos imitar a San José ¡qué es una maravilla! Maestro de vida interior, de oración, de llevarnos de la mano a la Virgen María.

Hay unas palabras (de hace bastantes años), de la audiencia de el 28 de marzo del 2011. (Te lo dejo aquí, por si después quieres mirarla). En la audiencia, el Papa Benedicto XVI, vincula la capacidad de mirar a Dios, del amor a Dios de la Virgen María con San José.

Benedicto XVI, dice: “La capacidad de María de vivir de la mirada de Dios es, por decirlo así, contagiosa. San José fue el primero en experimentarlo.  Su amor humilde y sincero a su prometida esposa y la decisión de unir su vida a la de María, lo atrajo e introdujo, también a él, que era ya un hombre justo, en una intimidad singular con Dios.”

Por eso, hoy día, que celebramos a la Virgen de Guadalupe, siguiendo estas palabras del Papa Benedicto, que quizá también nos puede servir para aumentar las ganas de mirar más a la Virgen, mirarla a ella como ella mira a El Señor. Madre mía, yo quisiera mirar al Señor con tu mirar, con tu mirada cariñosa; como San José. Como dice San Mateo: San José era un hombre justo, pero el estar con María, le lleva a vivir, rezar ,sonreír, perdonar, alegrarse, confiar.  El verla tanto, el contemplarla así… lo introdujo a él, a una mayor una amistad con Dios muy singular.

DON JAVIER

Aprovechemos también a encomendar hoy, el eterno descanso, (que seguramente ya está en el cielo) de don Javier Echeverría. Él fue el obispo que nos ordenó, creo que a todos los sacerdotes de 10 minutos con Jesús. (quizás no a todos, no lo tengo claro, habría que checar el dato…) pero, si no a todos a casi todos, con lo que tenemos que estar y estamos muy, muy agradecidos.

Hoy día recemos especialmente para que tenga un cielo muy grande, más grande todavía, de el que ya tiene. Hoy día es También el cumpleaños de Guadalupe Ortiz de Landázuri, o sea, miremos mucho a la Virgen de Guadalupe y demos muchas gracias por tantos bienes para su Iglesia.

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