ESTAMOS A LA ESPERA
En este mundo, nos la pasamos esperando; el labrador espera el precioso fruto de la tierra.
Ahora me encuentro aquí en el Caribe, muy cerca de Cartagena y aquí todo el mundo espera la brisa. Hay meses en donde no hay nada de brisa (hay muchos meses que tienen brisa), pero se espera con ansiedad que llegue la brisa.
Los pescadores esperan la luna, pero, sobre todo, esperan el pescado.
Tuve la oportunidad de conversar con unos pescadores hace unos días y les pregunté: -¿Es verdad que cuando ustedes salen a pescar, algunas veces no pescan nada; no cogen nada?
“Acordándome de ese momento Jesús, en el que Tú ves regresar a los apóstoles y no tienen nada; no han pescado nada”.
Me dijeron: -Sí, efectivamente hay días en que salimos a pescar a las 6:00am y regresamos a las 5:00am y no hemos pescado nada. Entonces, les pregunté por la mejor hora para pescar, la mejor temporada…
Me dijeron, por ejemplo, que luna llena es un momento muy bueno para la pesca, porque los peces como que salen a buscar la luz. Algunas veces, llevan también en las pescas nocturnas luces artificiales…
EN EPOCA DE NAVIDAD
En fin, nos la pasamos esperando que lleguen las vacaciones, que llegue la quincena… nos la pasamos esperando. Y ahora, estamos esperando al Niño Dios; estamos esperando la celebración de la Navidad.
Aún estamos en Adviento, es verdad que falta poco, faltan apenas seis días, pero estamos esperando Señor y agilizamos esa espera.
Nos vamos preparando con ilusión para la fiesta de la Navidad y yo no sé qué pasa, pero el año pasado, te acordarás de que, unos pocos días antes de la Navidad, me crucé con una historia que en su momento conté en la meditación de 10 min con Jesús, que se titulaba: “La señora del semáforo”.
UNA HISTORIA DE DOS NIÑOS
Acabo de escuchar una historia, hace pocas horas, que estoy que me caigo para atrás. Es la historia de dos amigos que se casan en el 2006 y ella queda esperando; queda en embarazo, pero desafortunadamente, pierde al bebé.
Después vuelve a quedar embarazada una segunda vez y lo vuelve a perder. Y así, tres veces; incluso, una cuarta.
En algún momento le dice a su esposo: -¿Será que el Señor quiere que seamos padres de corazón?
Y, unos años después -concretamente- en el año 2011 se deciden adoptar y pasan los papeles para el bienestar familiar (eso es un trámite tremendo que puede durar meses y, a veces, hasta años).
Pero no importa, hacen el trámite. Ellos solicitan o piden ser padres de dos niños (porque soñaban con tener una familia numerosa, entonces de una vez piden adoptar dos niños).
No especifican si niños o niñas, de qué edad… ¡nada! Simplemente, dicen: dos niños.
BEATIFICACIÓN SAN JUAN PABLO II
Pero comienzan a pasar los meses y nada. Entonces, deciden pedirle a san Juan Pablo II, a nuestro Señor, “a Ti Jesús a través de la intercesión de san Juan Pablo II”. Viajan a Roma para la beatificación de san Juan Pablo II, con tan mala suerte, que les toca súper lejos.
Madrugaron ese día para estar muy cerca, en la Plaza de San Pedro, pero se metieron en una calle y, aprovechando que la calle ya estaba llena, la policía la encerró para que no llenaran otros espacios.
Se entiende también que, cuando hay una gran cantidad de personas que ocupan un lugar, vayan ocupando diferentes lugares.
Salieron felices de la Plaza de San Pedro, de haber estado ahí en la beatificación de semejante santo y cumplieron su cometido: le encomendaron a él la posibilidad de tener familia; de tener hijos.
VALENCIA
Ellos tenían un viaje de trabajo a España y, el último día dijeron: ¿qué hacemos? Y les dio por irse a Valencia. Llegaron el 7 de mayo y cuando se bajaron del tren y salieron por la estación central, una cantidad de gente… ríos de gente. ¡Algo pasa acá!
Una pareja los escuchó hablando y les preguntó: -¿Ustedes son colombianos verdad? (Por el acento). -Sí, efectivamente. -Y ¿vienen por la Virgen? -No, ¿qué pasa con la Virgen? Nosotros hemos venido a conocer Valencia. -Bueno, pues han llegado al fin de semana mas importante del año aquí en Valencia. Se celebra la fiesta de la Virgen y nosotros los vamos a adoptar. ¡Vengan con nosotros!
Al día siguiente estaban en primera fila en la celebración de la fiesta de la Virgen de los desamparados. Explicándoles la imagen, les cuentan que es la Virgen que cuida a los huérfanos y cuida a los desamparados.
De hecho, la Virgen está inclinada hacia adelante (por eso también la llaman cariñosamente ‘la jorobadita’) y está mirando dos niños que según dice la tradición son los niños inocentes que mandó a matar Herodes.
En ese momento, la esposa de mi amigo arranca a llorar porque no lo podía creer. Que ellos esperando ser papás de unos niños en adopción, de repente se encuentran delante de la Virgen cuya advocación es la Madre, precisamente, de esos niños; de los niños desamparados; de los niños huérfanos.
El señor también le dice a mi amigo que también la Virgen es la Madre de aquellos que sufren enfermedades mentales y mi amigo arranca a llorar, porque su hermano falleció por una enfermedad mental. (De hecho, yo lo conocí. Gran amigo mío, se graduó en mi misma promoción de otro colegio).
No lo podían creer; que estuvieran allí delante de la Madre de los desamparados y, entonces, lógicamente le encomiendan a ella la misión de poder tener unos hijos.
VIRGEN DE FÁTIMA
Regresan a Colombia y empiezan a pasar los meses. Junio, julio, agosto, septiembre… por allá en enero tienen otro viaje a España.
Pasan también por Fátima y se ponen delante de la Virgen de Fátima y le encomiendan. Un miércoles 25 de enero están ahí delante de la Virgen.
(Los miércoles era un día que ellos rezaban especialmente, porque el comité del bienestar familiar se reunía para dar en adopción algunos niños. Entonces, siempre los miércoles ellos estaban pendientes del celular, del correo electrónico… Entonces, es importante el dato del miércoles.)
En todo caso, siguen rezando, siguen encomendando; se abandonan en la protección de nuestra Señora de Fátima y regresan a Colombia.
NUEVE MESES DESPUÉS
El ocho de febrero los llaman diciéndoles que serán papás de Jesús David y de Juan Camilo; de Jesús y de Juan. (Yo los conozco y son muy simpáticos, son grandes amigos míos.)
¡No lo podían creer! Estaban absolutamente felices y, de repente, se dieron cuenta de que habían pasado exactamente nueve meses desde que habían estado a los pies de la santísima Virgen de los desamparados y se quedaron aterrados.
Nueve meses son los meses que una madre espera a su hijo en su vientre. Pues nueve meses después, la Virgen les concedió a este matrimonio, tener dos niños.
Pero la historia no termina ahí, después le piden también a la Virgen dos niñas y se las concede.
(Pero esa historia completa no te la puedo contar aquí en 10 min con Jesús. La he grabado en un podcast que tengo, que se llama: “Meditar con la Calle” de “Sacerdote a bordo” está en Spotify).
“Bueno Señor, yo aquí haciendo propaganda”. (Es la primera vez en dos años que hago propaganda de los podcasts de “Sacerdote a bordo”).
MIRAR A LA VIRGEN MARÍA
Ahí está la historia completa que es, para uno, caerse para atrás. Y esta historia me deja a mí muy sorprendido porque me invita a mirar a la santísima Virgen María.
La santísima Virgen María, que espera a Jesús con ilusión, con una necesidad también imperiosa de que se pueda llevar a cabo el misterio de la redención; que el Hijo unigénito de Dios venga a este mundo.
“Señor, Tú también quisiste, con ese misterio de la Redención y de la Encarnación, que Tu Madre se ocupara de los desamparados”.
He leído un poquito acerca de la Virgen de los desamparados y a ella se le encomendaban, por ejemplo, los que morían ahogados, ahorcados… los que morían y la gente no sabía cómo habían fallecido ¡qué pena! Los solitarios, los condenados a muerte…
Una advocación muy especial y querida, sobre todo por los valencianos -evidentemente- porque está en Valencia. Ella se inclina un poquito hacia adelante para cuidarnos a nosotros.
TODOS NECESITAMOS DE NUESTRA MADRE
Fíjate, el misterio tan grande que también tiene la Encarnación del hijo de Dios. Que después, esa mujer que Dios escogió, va a proteger a los desamparados, a nosotros los hombres.
Todos somos desamparados, todos necesitamos de una madre, de nuestra Madre. Por eso qué bueno que miremos, en estos días que se acercan ya para la Navidad, mucho a nuestra Madre santa María.
Hoy es el cuarto domingo de Adviento. Ya se terminó el Adviento, faltan apenas seis días para la navidad y miramos especialmente a nuestra Madre santa María.
Le pedimos junto a san José, que nos transmitan ese profundo recogimiento y divina ternura con que esperaron a Jesús.
Que le agradezcamos a nuestro Señor, infinitamente, habernos dado a una Madre que se encarga y se ocupa de todos sus hijos, especialmente de los desamparados y de los que más necesitan una Madre en este mundo.