En el Evangelio de la Misa de hoy Jesús nos habla de “amistad”… ¡amistad!
“Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; a vosotros os llamo amigos.”
Gracias Señor por llamarnos amigos. Y si yo te preguntara a ti, ahora que haces conmigo este rato oración, -este rato de conversación con Jesús-, ¿cuál es la razón que da Jesús para llamarnos amigos? ¿Me sabrías responder? Porque esto tiene una razón… Jesús dice:
“A vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.”
(Jn 15,15)
DARSE POR ENTERO
¡Esa es la razón que fundamenta la amistad de Jesús con nosotros! Una apertura total, un darse por entero, un darse a conocer, un dar a conocer Su intimidad.
¿Cuál es la intimidad de Jesús? Es la intimidad con Dios Padre y con Dios Espíritu Santo; con las otras dos Personas Divinas de la Santísima Trinidad.
Esto puede sonar un poquito enredado ¡pero es verdad! Jesús es la única persona que puede entregar Su intimidad, porque conoce la conoce, la entiende.
Podríamos, incluso, pensar en nuestros amigos. ¿Nuestros amigos pueden darnos su intimidad? ¡No mucho! Porque es muy difícil que nosotros nos lleguemos a conocer muy bien a nosotros mismos y si no nos conocemos bien ¿cómo nos vamos a dar a conocer a los demás?
A los amigos, evidentemente, son a quienes mejor conocemos y… amigos, amigos, amigos de verdad, ¿cuántos tienes? Seguramente muy pocos. Porque la amistad verdadera, la amistad sincera, es una amistad que comporta mucho riesgo.
UNA AMISTAD VERDADERA
Llegar a conocerse, a entenderse, a comprenderse, a quererse, ¡esa es la amistad que nos da Jesús! ¡Una amistad verdadera! Además, tomando todo el riesgo, si nosotros queremos responder con esa misma actitud.
Y por eso ¿cuál es el mejor amigo de Jesucristo? El que recibe todos los dones que da con su amistad verdadera, el que recibe todo lo que da Jesús, todo lo que da Dios Padre también. Porque la amistad con Jesús, es amistad con Dios Padre.
“Lo que he oído, a mi Padre os lo he dado a conocer (…) Si guardáis Mis mandamientos, permaneceréis en Mi amor, lo mismo que yo he guardado los mandamientos de Mi Padre y permanezco en Su Amor.”
(Jn 15, 15b.10)
Permaneceremos en el amor del Padre y del Hijo y ¿cuál es la relación de amistad, de amor, entre el Padre y el Hijo?: ¡El Espíritu Santo! Jesús prometió darnos el Espíritu Santo.
«Jesús, Tú te nos diste por completo, absolutamente, totalmente, ¡eso es una amistad!»
Nosotros comprendemos la amistad de una manera muy humana. Pero la amistad divina es una cosa muy seria.
“Ya no os llamo siervos sino amigos”.
CHOSEN
Ya han salido algunos capítulos de la segunda temporada de “Chosen”, ya está por salir. -Bueno, yo me vi ya el tercer capítulo-. No sé si el cuarto ya ha sido publicado (más o menos están publicando uno cada semana).
Y en el tercer capítulo, hay una escena magistral desde el punto de vista de producción audiovisual ¡magistral! Porque es una sola cámara, que graba una misma secuencia de imágenes, durante 15 a 16 minutos.
Caída la tarde… la luz mengua, hay poca luz. Y todo tiene que salir perfecto, porque no hay, en ningún momento, interrupción en la grabación. Y no hay varias cámaras -con las cuales uno después puede editar este capítulo-, es una sola secuencia de imágenes que dura 15 minutos. Bueno, ¡es magistral! Te la tienes que ver.
Pero, todo gira alrededor de los apóstoles que están observando cómo Jesús está curando a una multitud de enfermos que vienen a implorar su misericordia; a implorarle el favor de devolverle su salud.
Y luego, la cámara se enfoca en el lugar donde los apóstoles han montado sus tiendas y donde hay una fogata, donde se sientan alrededor a conversar. Y entonces, empiezan a conversar unos con otros, a contar sus vidas, sus historias.
LOS ELEGIDOS POR DIOS
En alguna de esas historias, María Magdalena -que es uno de los personajes que está ahí-, con una delicadeza muy especial, intenta rápidamente cambiar el tema o hacer una pregunta, para no poner en situación vergonzosa a Mateo, que era un recaudador de impuestos.
Con gran sencillez todos van contando sus historias. Y, en algún momento (me parece que es Santiago el mayor, hermano de San Juan), pregunta en voz alta: ¿Pero ustedes saben por qué estamos aquí? ¿Con unas vidas tan diferentes, incluso algunos con vidas tan azarosas? ¿Por qué estamos aquí?
La respuesta que él mismo da es: ¡Porque hemos sido elegidos por Dios! ¡Hemos sido escogidos por Dios! De hecho, así se llama la serie: “The Chosen”, Los Elegidos; los escogidos por Dios.
Ellos se sienten indignos de haber sido llamados por Dios, por Jesucristo. ¿Y qué pide Jesús a cambio? Una amistad sincera, verdadera.
MI TODO
«Jesús, contigo procuramos fomentar el trato de amistad en estos ratos de oración». La oración es eso: amistad con Jesucristo, amistad con nuestro Maestro, con nuestro médico, con nuestro todo. «Tú, eres todo para nosotros, mi amor, mi Dios, mi único, mi todo».
“Mi todo” así llamaba san Josemaría, -me parece que en el Santo Rosario-, en una de las escenas, contemplando a Jesús. Lo llama así: «mi Dios, mi amor, mi único, mi todo».
Jesús, ¡gracias por darnos tu amistad! Amistad sincera, verdadera, amistad desinteresada. Jesús se nos entrega por completo, se nos da por completo y nos quiere introducir en esa intimidad con Dios Padre y con Dios Espíritu Santo.
YA NO OS LLAMO SIERVOS SINO AMIGOS
Tú tendrás ejemplos de amistad sincera, de muchas personas, de muchos amigos. Y los niños son los que mejor se dan a conocer con la sencillez que los caracteriza, con el desparpajo, la humildad con la que se dan a conocer.
Yo tengo muchas historias de amistades de niños, que uno puede ver y contemplar y tocar. Pues, así le pedimos al Señor; ¡que nos deje ser sus amigos!
Gracias Jesús, por llamarnos Tus amigos y ayúdanos, con Tu gracia, a responder a esa amistad.