NOVENA DE NAVIDAD: PRIMER DÍA UNA SERENA ESPERA

Para Comenzar

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Con la intercesión de la Santísima Virgen María, de su esposo San José y de nuestros ángeles de la Guarda, vamos a meditar en la presencia de Dios lo que pasó en los días anteriores al nacimiento del Niño Jesús. Que el Espíritu Santo nos ilumine y nos fortalezca para que esta novena de Navidad, con su propósito de mejora diario, nos haga parecernos un poco más a la Sagrada Familia.

La Historia de la Espera

María está llena de ilusión, se acerca el día en que podrá cargarlo entre sus brazos, darle un beso…

En la calle resuenan cascos de caballos, la llegada de unos soldados.

Se oye una voz:

«César Augusto ha ordenando que todo el mundo se empadrone. Cada uno tendrá que ir a su ciudad.»

José se pone nervioso, no puede ser, justo en este momento. María está a punto de dar a luz. Ir a Belén les tomará 5 días de viaje, si todo va bien. No estarán de vuelta en casa en menos de 12 días. María en ese estado no puede.

María sonríe. Ella escucha en la voz de quien hace la proclama imperial el modo en que Dios lleva adelante sus planes.

Por las Escrituras ella sabía que el Mesías tenía que nacer en Belén. Pero no sabían que hacer, tansferirse a vivir allí no era viable y habían otras dificultades que no sabían como superar. La respuesta está en el decreto imperial. Dios quiere que vayan.

María se alegra y se llena de una mayor ilusión. El redentor, el Mesías esperado nacerá en Belén. Ella espera ardientemente la llegada de Jesús que iluminará todos los corazones, disipará las tinieblas del pecado y de la muerte.

Por eso en el adviento esperamos gozoso, encendiendo las velas de la corona de adviento, esperando la llegada de Cristo.

 “Corazón de Jesús que me iluminas”.

Ilumina nuestro entendimiento para conocer tus mandatos, descubrir tu mano providencia, que gobierna todo con Sabiduría y Amor.

Que sepamos esperar todo de tí, como María que en vez de ver las dificultades sabe ver el cumplimiento de tu plan salvífico.

Ilumíname para desterrar de mi corazón lo que me aparta de tí.

Oración Final

Se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

Después repiten todos juntos tres veces: Jesús, José y María. Os doy el corazón y el alma mía.

Villancico

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