Presentamos la nueva iniciativa de 10 Min con Jesús América Latina: “El Evangelio Diario” servicio que ayuda a rezar con la vida y las palabras de Jesús porque ¡No hay nada mejor que rezar con el Evangelio!
Es un servicio complementario a las meditaciones. Orar con el “Evangelio Diario”, tiene tres objetivos. En primer lugar, poner en contacto a la gente con el texto del Evangelio para ser leído. En segundo lugar, ofrecer un audio con un breve comentario de un sacerdote, que explique uno o varios puntos del texto que se lee. Y en tercer lugar lo más importante: que el texto y el breve comentario sirvan como una introducción para la oración personal. Eso es lo que cuenta: El tú a Tú, con Jesús.
¿Qué es rezar con el Evangelio?
Meditar el Evangelio a diario es “tocar” a Jesús con nuestra fe, darnos cuenta que todo lo narrado por Mateo, Marcos, Lucas y Juan, no solo sucedió hace dos mil años, sino que, sigue ocurriendo ahora en mi vida y a través mío: en mi familia, mi trabajo o estudios, mi barrio, mi sociedad. Reflexionar con Jesús es también mi mayor esperanza para poder mejorar, superando lo que me aleja de Dios, para poder vivir cada día un poquito más como nuestro Señor Jesucristo.
Pero además, orar con el Evangelio de la Misa diaria me permite participar de la Eucaristía más plenamente, como metiéndome más, y por lo tanto, disfrutar de la Comunión como un encuentro aún más profundo con Jesús que quiere vivir en mí.
Por todas estas razones, me llena de muchísima alegría poder ofrecer este servicio del Evangelio diario en 10 Min con Jesús, porque sé que detrás de cada iniciativa de este gran equipo humano hay una sola meta: Ayudar a otros a rezar.
¿Qué hacer para recibir el Evangelio Diario?
Si deseas recibirlo a través de WhatsApp dale click aquí. O Envía un mensaje al Celular de Evangelio Diario de 10Min con Jesús Al. Teléfono: (+593) 98-880-3122
Además lo puedes buscar en Spreaker, Spotify y Apple Music. También los encontrarás en nuestro canal de YouTube, Facebook y Twitter.
Les pido que juntos encomendemos a María los frutos de este apostolado. ¡Un abrazo y mil bendiciones!
