Una de las principales figuras del cristianismo del siglo XX (1887-1968) fue un fraile y sacerdote italiano conocido por la vida de comunión que tuvo con Dios. El Padre Pío Famoso por sus dones milagrosos y por los estigmas que presentaba en sus manos, pies y costado, hizo vida las palabras de Jesús a sus discípulos “mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt 11, 30). Esto, porque el “yugo”evoca la cruz que este fraile capuchino tuvo que afrontar.
¿ Qué nos descubre el Padre Pío con la cruz en su vida?
La vida y la misión del Padre Pío testimonian que las dificultades y los dolores, si se aceptan por amor, son un camino privilegiado de Santidad. El Papa Juan Pablo II nos dijo en su canonización: “en toda su existencia buscó una identificación cada vez mayor con Cristo crucificado, pues tenía una conciencia muy clara de haber sido llamado a colaborar en la obra de la redención. En el plan de Dios la cruz constituye el verdadero instrumento de salvación de toda la humanidad y el camino a cuantos quieran seguirlo”.
Como todos, el Padre Pío sufrió mucho con su cruz. Principalmente, porque en un comienzo la Iglesia miró con desconfianza la aparición de sus estigmas y la devoción de los fieles que él despertaba. Un ejemplo de esto, es que siendo director espiritual de muchas almas, confesando a cientos de personas y celebrando misas multitudinarias se le prohibió exponerse públicamente e impartir los sacramentos.
Así debió vivir recluido muchos años y lo hizo sin emitir queja alguna y sin pregonar su cruz a los cuatro vientos. Además siempre tuvo una salud precaria, que lo hizo padecer mucho. Su ejemplo nos puede hacer preguntarnos
¿Vivo mi cruz sin queja, con serenidad, en silencio o por el contrario todos a mi alrededor conocen mi cruz y me compadecen? ¿Cuándo algo me cuesta, busco consuelo en Dios como el Padre Pío o consuelo en las personas?
Padre Pío ¡Acude a la Confesión!
“Reza, espera y no te preocupes. Dios es misericordioso y escuchará tu oración”, solía decir el Padre Pío a todos aquellos que se preocupaban por las faltas de su pasado y las caídas de su presente.
El Padre Pío fue un generoso dispensador de la Misericordia Divina a través del ministerio del confesionario. Siempre se puso a disposición de todos a través de la acogida, de la dirección espiritual y de la administración del sacramento de la penitencia.
“No importa cuán grande sea tu pecado, no debes perder tu corazón”, aconsejaba el Padre Pío a sus amigos. En conciencia, todos sabemos que cometemos errores por los que pedir perdón. Por eso hoy las palabras del Padre Pío resuenan como una invitación a acudir al sacramento del perdón. Pregúntate ¿Por qué no me confieso? ¿Me cuesta reconocer lo que hago mal? ¿Los otros son culpables de mis caídas? Pidamos la humildad para ver qué acciones ofenden a Dios y acudamos al sacramento del perdón, para que Jesús pueda renovar nuestro corazón.
Consejos del Padre Pío para alcanzar el cielo
El Padre Pío dejó a sus hijos espirituales 5 puntos para vivir una vida santa y poder alcanzar el cielo.
- Confesión semanal: El Padre Pío dice “La confesión es la limpieza del alma – tienes que hacerla al menos una vez a la semana. No quiero que las almas estén lejos de la oración por más de una semana.»
- La Comunión cotidiana: El Padre Pío dice “Somos todos indignos,pero es Jesús quien nos invita, es Él quien lo quiere. Recibámoslo humildemente con un corazón lleno de amor.»
- Exámen de Conciencia cada noche: El Padre Pío dice “Cada comerciante experimentado en este mundo, no sólo hace un seguimiento durante todo el día para ver si ha perdido o ganado en cada venta, también por la noche hace su contabilidad del día para determinar lo va ha hacer el día siguiente. De ello se desprende que es indispensable hacer un riguroso examen de conciencia, breve pero lúcido, todas las noches.”
- Lectura espiritual diaria: El Padre Pío dice “El daño ocasionado a las almas con la falta de lectura de libros sagrados me hace estremecer. Lo que el poder espiritual de la lectura tiene que dar lugar es a un cambio de rumbo, y hacer que incluso la gente del mundo entre por el camino del Amor de Dios.»
- Oración dos veces al día: El Padre Pío dice “ ¿Porqué te preocupas de no orar a Dios como quisieras? La oración es un medio para llegar a Dios, no un objetivo en sí mismo. La oración mira al amor de Dios y del prójimo. Ama a Dios con toda tu alma y al prójimo como a ti mismo, sólo así habrás completado tu oración.»
Para terminar dejo unas frases del Padre Pio, que quizás te puedan ayudar:
“Ora y espera; No te inquietes. La inquietud no conduce a nada. Dios es misericordioso”; “saca fuerzas de la Eucaristía diaria. Porque Dios nos dice que somos sarmientos y estamos unidos a la Vid que es el Señor entonces Él nos cuidará y nada ni nadie podrá hacernos daño.»