CONVERSIÓN
Una vez un mafioso italiano, preso, conoció a un sacerdote con el que se hizo entrañable amigo. Luego de mucha conversación, y oración de parte de este cura, este mafioso, preso, se convirtió y se decidió a recibir los sacramentos.
Fue un largo periodo de formación, y mucha oración de parte de este criminal, que lógicamente, estaba arrepentido de todos sus crímenes.
Pasaba largos ratos rezando y pidiéndole perdón al Señor por todo el daño que había hecho.
PRIMERA CONFESIÓN
Cuando llega el día de su primera confesión (bastante larga de hecho), llega el momento en el que el sacerdote le tiene que dar la penitencia.
Hagan el ejercicio ustedes: 40 años de mafia italiana. 50 años de condena. Miles de vidas destruidas. Secuestros, robos, extorsiones, asesinatos.
¿Qué le pondrían de penitencia?
Piénselo un momento.
PENITENCIA
Yo personalmente, si fuera sacerdote, a un caso así le pondría como penitencia una peregrinación de 500 kilómetros, yendo descalzo y sin tomar agua. Gracias a Dios que no soy sacerdote, porque no entendí nada.
El cura entonces le dice: “Como penitencia, reza 10 avemarías”.
PAGAR POR LOS PECADOS
El mafioso pone una cara de sorpresa que nunca había puesto en su vida, y le dice: “¿Solo eso? ¡No es suficiente! Yo quiero pagar por todo lo que hice mal en mi vida”.
En ese momento el sacerdote saca de su bolsillo un crucifijo que tenía guardado, y señalándole la cruz, lo mira y le dice: “Ya pagaron por ti”.
LA CUENTA ESTÁ PAGADA
De ahí el título de este artículo. Les tengo una gran noticia a todos los que leen: Ya pagaron por nosotros. Así que no se preocupen, matemos a quien matemos, ya hay alguien que pagó por nuestros pecados.
ARREPENTIMIENTO
Aclaro antes de continuar que a este mafioso se le perdonaron sus pecados porque realmente estaba arrepentido de lo que hizo, y quien le dio la absolución lo sabía con certeza.
No es que la cruz nos abre la puerta a que hagamos todo el daño que queramos. Ya pagaron por nuestro pecado, siempre y cuando estemos arrepentidos.
Si el italiano no se arrepiente, ni mil crucifixiones son suficientes para pagar por lo que hizo.
LA CONSAGRACIÓN
Siempre me llamó mucho la atención una fórmula de la consagración. En el momento en que dice: “Cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada”.
¿Alguno se imagina a Jesús resistiéndose y luchando para que no lo crucifiquen?
ENTREGA DE AMOR
Es una imagen que me conmueve mucho. Cristo literalmente se dejó matar, y no lo hizo como quien no quiere; lo hizo sabiendo que le iba a doler, y mucho.
Pero… más grande iba a ser el dolor de todos nosotros viviendo día a día sin alguien que haya pagado por nuestros pecados.
LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
Y es que en el fondo, la Cruz no es una casualidad, y que hoy celebremos la Exaltación de la Santa Cruz tampoco es algo que se dio de la nada.
La Cruz de Cristo es esa estructura tangible en donde recaen todos los pecados de la humanidad: de literalmente toda la humanidad, de quienes vivieron en el año 500 antes de Cristo, hasta todos los que seguirán viniendo con el pasar de las generaciones.
Un millón de generaciones después, los pecados de quienes estén vivos seguirán siendo perdonados (si piden perdón), y eso gracias a la Cruz de Cristo.
Es indimensionable.
MANDÓ A SU HIJO
¿Y por qué en la Cruz es donde están mis pecados?
¿No podría bajar Dios Padre y perdonarme solo por Amor?
En realidad no bajó Dios Padre, sino que mandó a Dios Hijo, y te perdona solo por Amor, aunque no bastaba con una simple palabra. Este ejemplo del libro A Dios le importas lo ilustra mejor:
Imagínate a un gran empresario, y piensa ahora que el último becario, recién salido de la Facultad, que ha entrado en la empresa, quema las oficinas centrales, mata a su mujer y a sus hijos, le roba todo su dinero y además le echa ácido sulfúrico en la cara… pues entenderás que si esa persona quiere ser perdonada, no le bastará con decir lo siento. Ese becario, aunque esté arrepentido, es difícil que pueda reparar todo el daño que ha hecho… Pues los hombres a Dios le debemos infinitamente más… y es imposible que podamos subsanar nuestra culpa. Por eso es Cristo quien se ofrece en la Misa a cambio de nosotros.
NUESTRO PECADO
El pecado de Adán y Eva también es un pecado nuestro, porque con su ofensa se abrió una grieta que, si no hubiera sido por la Cruz, nos condenaría a todos a vivir sin poder buscar el bien.
Es Cristo quien, por Amor, sufre en la Cruz todo lo que deberíamos haber sufrido nosotros.
EL MISTERIO DE LA CRUZ
Se dice que la Cruz también es un misterio porque nadie sabe por qué Cristo hizo eso. Imagínate que te digo: “Tu lector, vas a vivir la muerte más dolorosa de la historia, para pagar por los pecados de alguien que vivirá dentro de 2000 años”.
¿Aceptarías?
Cristo aceptó, y aceptó libremente. Por eso pensar en la Cruz, es pensar en el Amor del Señor.
VALES LA SANGRE DE CRISTO
Tú que estás leyendo esto, vales la sangre de Cristo. Y la gente a tu alrededor que no está leyendo esto, también la vale.
Es increíblemente reconfortante pensar en que Cristo murió pensando exactamente en ti: con el nombre que tienes, a lo que te dedicas y la vida que tienes…el Señor ya lo sabía todo.
Y anhelando tu felicidad, se entregó en la Cruz.
PAGADO CON AMOR
Ya pagaron por todos nosotros, y han pagado por Amor, con A mayúscula.
Hoy día de la Exaltación de la Santa Cruz, te invito a darle muchas gracias al Señor por haber entregado su vida por ti, y también a que no dejes que su sacrificio sea en vano y aproveches el sacramento de la confesión, que existe gracias a la Cruz.