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Oración para ponernos en presencia de Dios
Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí , que me ves , que me oyes. Te adoro con profunda reverencia; te pido perdón por mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía Inmaculada, san José, mi padre y señor y ángel de mi guarda interceded por mi.
San José
Comenzamos este rato de oración y hoy vamos a fijarnos en una figura de quien hemos estado hablando durante todo el tiempo de Navidad, que es san José. Y ¿ por qué hablamos de él? Porque san José está de moda, porque el Papa ha llamado a este un año especial, un año Josefino. en la Carta apostólica Patris Corde. Se cumplen 150 años de cuando Pío IX declaró a san José, Patrono Universal de la Iglesia.
Significa que la Iglesia está encomendada a san José, este año jubilar comenzó el 8 de diciembre del 2020, día en que se cumplen los 150 años y da comienzo a este año Josefino.
Es muy bonito pensar que el Papa ha querido que este año tengamos dos motivos:
- El primero, es que aprendamos a recurrir más a san José, que hablemos más con san José, que pidamos más a san José; nos invita el Papa a que sea más constante el recurrir a él.
- Y, la segunda razón es que lo imitemos en las virtudes.
Estas son las dos características que nos pide cuidemos durante este tiempo. Que seamos cada vez más devotos de san José, que nos asemejemos cada vez más a san José.
Carta Apostólica
El Papa ha hecho dos cosas, escribir una Carta apostólica, que es un documento que escribe el Papa para llamar la atención de los fieles sobre un tema concreto. La carta apostólica va dirigida a nosotros para vivir mejor nuestro cristianismo.
La Carta se llama Patris corde, que significa Con amor de padre, porque así amó José a Jesús.
¿Qué sabemos de José?
En verdad, sabemos pocas cosas.
Sabemos que fue un humilde carpintero,
sabemos que estaba desposado con María,
sabemos que fue un hombre justo, que quiere decir que cumplía con la Ley,
que siempre estaba dispuesto a hacer la voluntad del Padre manifestada en su Ley.
Y, ¿Cómo sabemos todo esto? Por los cuatro sueños que tuvo; y, en esos cuatro sueños se manifestó Dios, y José supo aceptar la voluntad de Dios.
La aparición de san José en la Biblia
Son dos los evangelistas que nos hablan de san José: san Mateo y san Lucas. Este último apunta a unos detalles como que después de un duro y largo viaje de Nazaret a Belén vio nacer al Niño en el pesebre. Allí estuvo san José, porque no había otro lugar en la posada. Fue también testigo de la adoración de los pastores, fue testigo de la adoración de los sabios de Oriente, los Reyes Magos.
Aparece también cuando el Niño se pierde en el Templo, a los 12 años. Empieza a buscarlo junto con María. Por esto sabemos que a esa edad tenía una buena salud para que se pase buscándole durante 3 días y cuando lo encuentran, la que le habla es la Virgen; san José no le dice nada. Nos encontramos que san José no pronuncia ni una sola palabra .Así es como aparece san José en los Evangelios, después de esto, los Evangelios, no dicen nada sobre san José.
Es a quien le toca ser cabeza, pero es el menos digno; está María que no tiene pecado original, está Jesús que es el Hijo de Dios hecho Hombre. Y, es José, quien decide, el que hace de cabeza, el que tiene tentaciones, claro que Dios lo colma de gracia para cumplir su rol.
Por eso es el más cercano a nosotros; por esto Señor, hoy te pedimos que nos ayudes a ser como san José.
Los cuatro sueños de san José
Que a veces nos toca ser segundones, que a veces no nos toca hablar mucho, a veces nos toca ser como él que tuvo esos 4 sueños.
Y esto es llamativo: a Zacarías, papá de Juan, Dios le manda un ángel; a la Virgen María, el arcángel Gabriel para decirles cuál es su misión. A los pastores se presentaron un coro de ángeles, que los remueve y los hace buscar al Niño. Pero a san José, Dios le habla en sueños.
Y, tal es así, que el Papa tiene la costumbre que cuando tiene que decidir algo importante, lo escribe y lo coloca bajo la imagen de san José dormido. El Papa dice que allí los problemas se arreglan.
A san José es como si Dios lo tratara de segundo, solo por sueños y le hace tomar decisiones dificilísimas a través de los sueños;
de recibir a la Virgen que está embarazada,
de huir a Egipto de migrante,
de volver a salir de Egipto después haber vivido unos años allí,
de irse a Nazaret, que era una aldea de la cual hablaban mal,
y todas estas cosas las hace Dios con san José y él sabe escuchar.
Por esto sabemos que san José era justo, porque hacía las cosas que Dios le pedía.
Para poder hacer las cosas que Dios nos pide tenemos que aprender de san José y tenemos que aprender que san José es maestro de vida interior. Este es uno de los primeros títulos que recibió.
Enseñanzas de san José
¿Qué nos enseña san José? A orar. A hacer oración, y ojalá la podamos hacer delante del Sagrario, pidiendo a Jesús que nos dé su luz, su gracia. ¿Cómo haces tú, la oración? ¿Cómo te preparas para escuchar a Dios?
San José siempre estaba junto a Jesús, estaba siempre con esas ganas de escucharlo. Lo primero que debemos hacer para escuchar a Jesús es acudir a san José.
Patris Corde, Con corazón de Padre
El Papa ha hecho estas dos cosas: escribir esta Carta Patris Corde y las indulgencias para que todas las personas puedan ganarlas durante este año. Y uno de los actos que debemos hacer es una meditación sobre san José, en un retiro, ir a un oratorio y rezar a san José. Indulgencias que podemos ganar para nuestros difuntos y también para que nosotros podamos pedir perdón de nuestras faltas.
Patris Corde, así dice el Papa, Con corazón de Padre. Cuando rezamos el rosario, se llama a la Virgen María 12 veces Madre, y, en la Patris Corde le decimos a José 7 veces Padre, porque lo reconocemos que es un padre amable, un padre misericordioso, porque hay tantas cosas que nos llevan a reconocerlo como padre bueno.
De san José se habla mucho aunque en los Evangelios se hable poco, sin embargo, después de María, la Madre de Dios, ningún santo ocupa tanto espacio en el Magisterio Pontificio como san José, el esposo de la Virgen.
San José como Patrono
Muchos papas han profundizado en el mensaje de estos pocos relatos evangélicos. El Papa Pío IX, lo declaró «Patrono de la Iglesia Católica»; el venerable Pío XII, como «Patrono de los trabajadores» y san Juan Pablo II le dio el título de «Custodio del Redentor». Y, el pueblo lo invoca como «Patrono de la buena muerte».
San José nos acompaña en todo el proceso de nuestra vida interior. A él acudimos para que nos ayude a crecer en nuestra vida interior, que nos enseñe a hacer oración, para que cada día seamos más delicados, para cada día abrir la posibilidad de que Dios haga cosas grandes en nosotros. Porque así trabajó en José. Dios hizo obras grandes en José. Fue «Custodio del Redentor», es quien logró que el Niño estuviera a salvo de Herodes, lo salvó del rey que buscaba para matarlo. Así actúa Dios, le pone a san José para que haga grandes cosas.
Acude a san José
Si acudimos a san José , él nos enseñará donde ir, él es maestro de vida interior. Pidámosle a él que nos ayude a ser cada día más amigo de su hijo Jesús.
Que sepamos ir cada día más a san José, porque él es el camino cierto para ir a Jesús. José siempre está junto a María.
«Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía».