Hoy, 30 de noviembre celebramos a San Andrés, quien junto con su hermano Pedro fue llamado a ser pescador de hombres (Marcos 1:16-18; Mateo 4:18-20), y fue uno de los apóstoles del Señor.
Su misión evangelizadora lo llevó a Patras, Grecia, donde fue crucificado en una cruz en forma de X (llamada la cruz de San Andrés). Dice la tradición que fue el santo quien la pidió, al no sentirse digno de ser crucificado en la cruz de Cristo.
A pesar de que los textos bíblicos poco mencionan a San Andrés, sabemos que tiene algunas grandes cualidades que valen la pena resaltar.
Un santo con los ojos bien abiertos
San Andrés es llamado el primer apóstol, porque empezó a seguir a Jesús inclusive antes que su hermano Pedro. Y es que San Andrés fue primero discípulo de San Juan el Bautista, y cuando Juan identificó a Jesús como el Mesías, se convirtió inmediatamente en discípulo de Jesús. Pasaba todo el día con el Señor, ¡inclusive tuvo la suerte de ver donde Él vivía (Juan 1:38-40)!
Yo me pongo a pensar, que regalo tan grande tuvo San Andrés, que pudo identificar a Jesús de entre tantas personas, hacerle preguntas, pedirle que lo lleve a su casa. ¿Se imaginan? No sé si antes era normal simplemente invitarse a la casa de alguien, pero así lo hizo San Andrés, y cuando reconoció que Jesús era (y es) nuestro Salvador, se puso de tarea presentárselo a otras personas.
El gran evangelizador
Yo quisiera no solamente poder ver a Jesús en otros, pero también podérselo presentar a todos los que me rodean. Porque pensemos, ¿qué habría pasado si Andrés no le presentada a Jesús a su hermano Simón? …Pues es posible que nunca se hubiese convertido en Pedro, la piedra angular de nuestra amada Iglesia…
¿Cuántas veces pasamos de largo de presentar a Jesús a otros?
Y no digo que evangelicemos con palabras, que sí que es importante, pero se convierte en cansón cuando pasamos reprimiendo a otros o hablando de cosas que quizás no les interesa en ese momento. Creo yo, que es más importante evangelizar con nuestras acciones.
Desde solamente 12 apóstoles al mundo entero
Porque, ¿cómo 12 personas cambiaron el mundo? ¿Cómo 12 personas, de un pueblo poco conocido, pudieron convertir los corazones y crear la Iglesia? Estaban dispuestos a morir por sus convicciones, tanto así que, la mayoría fueron martirizados por causa de Jesucristo.
Pero no solo sus muertes convirtieron a las personas, sino todo lo que hicieron hasta ese momento. Su fe, su sed de Dios, y su rectitud de accionar.
No crean que estoy proponiendo convertirnos en mártires modernos, pero propongo que pensemos que nuestras acciones pueden y van a convertir a otros. Seamos correctos en nuestro accionar, tomémonos tiempo antes de juzgar a otros, seamos generosos, presentes, es decir, seamos embajadores de Cristo en este mundo que cada vez se vuelve más pagano.
Atento al Señor
San Andrés fue quien le dijo al Señor sobre el muchacho que tenía cinco panes y dos peces, cuando Jesús predicaba al lado del mar de Galilea (Juan 6:8). Por lo que podemos decir que, era también un buen observador y oportuno. El Señor no quiere que estemos sentados en los laureles esperando una oportunidad para servirlo, sino que encontremos, como San Andrés, maneras creativas de cumplir con su voluntad.
Y esto es algo que vale la pena recalcar. Los católicos no somos aburridos, ni bobos. Sino que somos espabilados, y buscamos cómo servir al Señor dentro de nuestras posibilidades. Es como dice la parábola del administrador astuto (Lucas 16), debemos ser sagaces, cautos, y recursivos: atentos a lo que el Señor necesita de nosotros.
Obediente
San Andrés era el hermano de San Pedro, y a pesar de haber sido Andrés quien encontró primero al Señor, fue Simón Pedro el enaltecido como la piedra angular. Cualquier persona se sentiría frustrada o hasta molesta.
Pero San Andrés supo obedecer a Pedro cuando fue nombrado el líder de la Iglesia. No dejó que su orgullo lo domine, sino que, sabiendo la voluntad del Señor, obedeció sin chistar. Yo pienso que muchas veces nos cuesta aceptar que otros sean más importantes, o que la voluntad del Señor no haya ido de acuerdo con lo que esperábamos.
Pero es de origen divino, aceptarla. Les recomiendo, para poder hacerlo de buena gana, repetir esta linda jaculatoria:
“Gracias Señor por lo que me das y por lo que me quitas, que se haga siempre Tu voluntad”.
Pidámosle a San Andrés que, como él, podamos de buena gana acatar la voluntad de Dios, y que, cuando nos encontremos frente a una cruz la recibamos con alegría, sabiendo que sirve para nuestra santificación.
Abajo pueden encontrar la oración de San Andrés ante la cruz.
Oh cruz buena,
que fuiste embellecida
por los miembros del Señor,
tantas veces deseada,
solícitamente querida,
buscada sin descanso
y con ardiente deseo preparada!Recíbeme de entre los hombres
y llévame junto a mi Maestro,
para que por ti me reciba,
Aquel que me redimió por ti muriendo.Amén
Me pareció un artículo que llega a lo importante de la personalidad de San Andrés para poderlo imitar en el camino al Cielo.
Me pareció un artículo que llega a lo importante de la personalidad de San Andrés para poderlo imitar en el camino al Cielo.