Para vivir más intensamente la Semana Santa decidí ver la serie María Magdalena en Netflix, porque además varios amigos me la habían recomendado.
Tuve que detenerme y saltar varias veces debido a ciertas escenas muy fuertes, pero tener en paralelo el desarrollo de la vida de Jesús con los apóstoles compensaba el drama que el guionista le había imprimido a algunas partes.
Siempre al lado de Jesús
Me maravilló ver el crecimiento espiritual de cada uno de los apóstoles, en especial, el de Pedro. Al principio inseguro y receloso, al abrir su corazón y confiar en Jesús empezará a cambiar, tornándose humilde y compasivo. Además, poco a poco florece y aprende a transmitir las enseñanzas de Jesús con firmeza y mucho amor.
Por otro lado, es impactante ver cómo en esta serie Judas Iscariote no se anima a luchar contra sus imperfecciones a pesar de tener a Jesús, que una y otra vez lo llamaba a seguirlo. El guionista se esfuerza por presentar razones que llevarían a la caída de la fe en ambos apóstoles. Pero el desenlace de cada uno será diferente.
Pedro, al negar a Jesús tres veces, se arrepiente y encuentra el perdón y la gracia. Judas, al entregar a Jesús, también se arrepiente, pero su arrepentimiento degenera en desesperación y se transforma en autodestrucción al quitarse la vida.
El Papa Benedicto XVI, en la serie de catequesis, subraya que “en efecto, las posibilidades de perversión del corazón humano son realmente muchas. El único modo de prevenirlas consiste en no cultivar una visión de las cosas meramente individualista, autónoma, sino, por el contrario, en ponerse siempre del lado de Jesús, asumiendo su punto de vista. Día tras día debemos esforzarnos por estar en plena comunión con Él”.
La relevancia de Matías
Jesús había designado a doce apóstoles para que fueran a todas las naciones a predicar la Buena Nueva. Pero como Judas se quitó la vida, quedaban entonces once apóstoles.
Pedro perfectamente pudo haber dicho que, al no estar Judas, serían solo los que quedaban los encargados de la misión que Jesús les había encomendado. Pero no fue así.
Iluminado por el Espíritu Santo, sabía que los apóstoles tenían que ser doce cuando volviese Jesús. Él les había dicho que, a su regreso glorioso, los doce se sentarían sobre doce tronos para regir las doce tribus de Israel, y ahora faltaba un hombre para un trono.
Buscar estar en comunión con Jesús fue lo que aconteció en ese momento. Pedro, el primer papa de la Iglesia Católica, bajo la inspiración del Espíritu Santo, lidera la búsqueda del reemplazo del apóstol, para serle fiel al deseo de Jesús, que era lo único que quería después de su arrepentimiento al haberlo negado tres veces.
Y es así como surge la figura de san Matías, festividad que celebramos el día de hoy.
Matías en Los Hechos de los Apóstoles
El primer problema con que se enfrentó la Iglesia, apenas desaparecido Jesús, fue sobreponerse al dolor de lo que había pasado y buscar un sustituto para Judas.
Los Hechos de los Apóstoles , es el único libro de la Biblia en que se menciona este suceso y además se narra de una forma muy breve.
Carlos María Staehlin nos relata lo que aconteció.
Pedro, que siempre fue el portavoz del pensamiento de los demás apóstoles, antes del día de Pentecostés, se levantó en medio de la comunidad y dijo:
Hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura, lo que el Espíritu Santo por boca de David, había predicho de Judas, que habiéndose contado entre nosotros y habiendo tenido parte en nuestra misión, se hizo guía de los que prendieron a Jesús.Pedro continuó su breve discurso diciendo:
En el libro de los Salmos está escrito: “Que su campamento quede desierto y no haya nadie que lo habite”. Y también: “Que otro ocupe su cargo”.
Y Pedro anuncia las condiciones para poder aspirar a ese cargo de apóstol de Jesús. Dice que tiene que ser un hombre que haya compartido con Jesús desde su bautismo por Juan hasta el día que ascendió a los cielos. Y la forma como lo eligen es echando suertes.
Puede parecer descabellado que una decisión tan importante, la primera de la Iglesia naciente, sea tomada de esta forma. Pero era la forma en que se acostumbraba. Se apelaba a la suerte para decidir entre dos soluciones aparentemente iguales, y en la Providencia ordinaria de Dios, que decidía la suerte, se veía la voluntad de Dios. Era un confiar en la causalidad Divina.
Cada semana, en el templo de Jerusalén, los sacerdotes echaban suertes para repartirse los oficios. Y el último caso que registra la Biblia de una elección religiosa señalada por la suerte, es esta designación de Matías como apóstol de Jesús, con idéntica categoría que los otros once. “Y la suerte señaló a Matías, y fue uno de los doce apóstoles”.
Matías, testimonio de fidelidad
Después de la escogencia de Matías no se menciona más nada de él en Los Hechos de los Apóstoles. Es como si la tierra se lo hubiera tragado.
La conclusión a la que he llegado es que no por lo anterior Matías es menos importante que los otros apóstoles.Su relevancia está en el mensaje que hasta el día de hoy nos ha dejado, de mantenernos fieles a los deseos de Jesús, estando siempre en comunión con Él.
San Matías fue el primer obispo designado después de la Ascensión del Señor y por tanto inicia con él la sucesión apostólica.
Benedicto XVI, nos hace notar que “mediante la sucesión apostólica, es Cristo quien llega a nosotros: en la palabra de los apóstoles y de sus sucesores es él quien nos habla; mediante sus manos es él quien actúa en los sacramentos; en la mirada de ellos es su mirada la que nos envuelve y nos hace sentir amados, acogidos en el corazón de Dios. Y también hoy, como al inicio, Cristo mismo es el verdadero pastor y guardián de nuestras almas, al que seguimos con gran confianza, gratitud y alegría”.
Para concluir, hago un llamado para que cada uno de nosotros contrarrestemos siempre el mal como esos primeros cristianos que no se dejaron sumir en la desesperación por el dolor de la muerte de Jesús, por la traición de Judas, sino que buscaron permanecer fieles a Jesús y en comunión con Él. Para mí, san Matías es sin duda el testimonio de la fidelidad a Jesús.